Por Fernando Trujillo
Elon Musk no es únicamente
de los hombres más ricos del mundo, sino una de las figuras más controvertidas
de nuestros días, su apoyo a Donald Trump en su candidatura y posterior
presidencia, el saludo nazi que realizo en la toma de protesta del mencionado
Trump, han sido algunas de las acciones más polémicas y virales en medios sociales,
pero hay que decirlo, Musk no es un fenómeno aislado, sino un producto de la civilización
estadounidense.
Antes de comprar
Twitter y verse involucrado en muchas polémicas virales, Musk era visto como un
genio visionario, tanto que mucha gente lo llamaba (y hasta el día de hoy),
como un Bruce Wayne o un Tony Stark del mundo real, debido a los autos Tesla y
su promesa de una futura colonización del espacio a través de Space X, tanto
que se volvio una figura muy popular haciendo cameos televisivos en series como
Big Bang Theory y Los Simpsons.
No obstante, Musk
lejos de esa figura genial que el mismo y sus seguidores han construido, Musk
es solo una mentira, producto de una mentira más grande que es una de las bases
de esta civilización estadounidense: El mito del hombre Sel-made.
El Self-made o “hombre que se hace así
mismo” es el mito de que, en Estados Unidos, un hombre puede hacerse rico y
exitoso por su propio esfuerzo, gracias a que este país es la “tierra de las
oportunidades”, una fama que hizo que miles de inmigrantes viajaran a América a
mediados del siglo XIX, buscando oportunidades que en el viejo continente no tenían.
La idea de Self-made viene de una sociedad tan
individualista como la sociedad yanqui, la idea calvinista de que existen
hombres predestinados a la grandeza, por encima de otros, la civilización estadounidense
admira a los hombres ricos, como ejemplos de éxito y grandeza.
Pero esta idea de Self-made tiene su origen en el mito de
Prometeo, el titán griego que robo el fuego de los dioses para dárselo a la
humanidad, lo que lo condeno a ser encadenado y devorado por un buitre cada
noche. Prometeo fue una figura rescatada en la modernidad, siendo reivindicado
como un héroe trágico, personajes como Karl Marx, Lord Byron, Henry Ford y Aynd
Rand han tomado a Prometeo como inspiración, del hombre visionario que se alza
sobre las masas, como el libertador de la humanidad ante la opresión.
Tanto el marxismo
como el capitalismo, Prometeo es una figura central, ya sea como un
revolucionario que trae libertad, como un emprendedor y visionario empresarial
que se alza ante los hombres por sus propios méritos.
Elon Musk emula ser
un Prometeo moderno, queriendo salvar a la humanidad del wokismo y llevarla a
la conquista del espacio.
Tanto la imagen de
Elon Musk como el Self-made son una
caricatura, una mentira perpetuada por una civilización individualista, que en
la realidad se desploma.
La ficción yanqui a
menudo nos presenta individuos sobresalientes por su dinero, inteligencia o
conocimiento por encima del hombre común, lo vemos en personajes como Bruce
Wayne o Tony Stark, a menudo y como dije antes comparados con Elon Musk,
personajes millonarios y exitosos que luchan por el bien.
La imagen del científico
loco pero genial, que por sí mismo crea grandes inventos en la cochera de su
casa sin ninguna ayuda o apoyo del estado, como el Doc Brown de la trilogía Volver al Futuro, imperan en la ficción y
han sido modelos de una sociedad individualista, que ve el esfuerzo propio y
los méritos personales como únicos caminos para alcanzar la grandeza.
En las últimas dos décadas
el personaje de Tony Stark ha sido muy famoso por las películas de Marvel, un
multimillonario sarcástico, atractivo, super inteligente, capaz de crear una
armadura tecnológicamente equipada con armas para luchar por la justicia.
Tony Stark fue
modelado a imagen y semejanza del millonario Howard Hughs y es un arquetipo del
individualismo yanqui de Self-made. No
es de extrañar que muchas veces a Elon Musk se le ha comparado como el Tony
Stark del mundo real (Musk hizo un cameo en la secuela de Iron Man).
Musk al igual que
Stark es un playboy multimillonario, socialite, pero sin el increíble y ridículo
genio científico del personaje de historieta.
Pero los inventos
geniales, los viajes en el tiempo y espacio son ficciones, en el mundo real
personajes como Musk, Jeff Bezos, Mark Zuckenberg, Bill Gates o Steve Jobs, no
fueron hombres que se hicieron así mismos, sino que venían de familias
acaudaladas y fueron apoyados por el dinero de sus familias.
Microsoft y Amazon
empezaron en cocheras, dicen para generar una falsa estimación de que
cualquiera puede emprender, hemos visto estos meses con cocheras donde
supuestamente empezaron estos millonarios (como la cochera del Doc Brown donde
creo su máquina del tiempo), pero lo que los memes libertarios y los defensores
de la meritocracia capitalista no te dicen es que fueron apoyados con dinero y
contactos por sus familias. De esta forma el hombre Self-made se cae solo.
A menudo a Elon Musk
se le compara con Henry Ford fundador de las industrias de autos Ford, otro
millonario que es puesto como ejemplo de éxito y genialidad, las comparaciones
son por los vínculos de Ford con el Tercer Reich y la creación de sus autos con
el mismo nombre, Musk tiene una relación cercana con Trump y tiene sus autos Tesla,
pero hay que decirlo, Ford si hacia buenos autos.
La mentira del Self made no solo abarca a los
millonarios de la high teach, sino de la cultura, encarnados en hombres como
Stan Lee y Walt Disney.
El primero a menudo
recordado como el creador de los personajes más famosos de Marvel Comics y como
un genio creativo.
La verdad es que Stan
Lee fue un excelente publicista y un gran hombre de negocios, que fue la cara
publica de Marvel hasta su muerte, pero no fue nunca un destacado escritor de
comics (género que repudiaba hasta que le dio ganancias), aunque por muchos
años tuvo esa imagen de viejito loco pero genial que salía en cameos de películas
de Marvel, Lee fue más un hombre de negocios, acusado de apropiarse de personajes
e ideas (hasta fue acusado por una bailarina exótica de plagiar al personaje de
Striperella), el lado más oscuro de Stan Lee fue expuesto en el libro Verdadero Creyente: Auge y caída de Stan Lee
de Abraham Riesman, analizando su compleja figura y tumbando su figura como
visionario.
Stan Lee se puso del
lado de su empresa frente a autores originales como Jack Kirby y Steve Dikto,
cuando protestaron por tener derechos sobre sus creaciones literarias y por un
salario más justo, lo que termino rompiendo relaciones entre los tres.
De Walt Disney es
algo que ya se ha hablado, Disney no creo a ninguno de esos personajes emblemáticos,
más bien se apropió de ellos, era más un hombre de negocios que un creador, en
realidad todos estos conceptos, arte, personajes y demás fueron productos de
otros, el episodio de Los Simpsons “El
día que murió la violencia” que trata sobre los derechos de creación de los
personajes de Tommy y Daly, fue inspirado en las practicas poco éticas de
Disney.
El manga Billy Bat de Naoki Urasawa también aborda
el lado oscuro de Disney en la figura de un falso Chuck Culkin al apropiarse
del personaje de Billy Bat de Kevin Yamagata su autor original, mientras que el
personaje de Yamagata era más un tipo rudo, con historias de un humor más
adulto, la creación del falso Culkin es un personaje endulzado y desprovisto de
su propia esencia para un público más infantil.
Con estos ejemplos
vemos que estas ideas de individualismo, meritocracia gringa y el culto al
empresario como genio visionario (una visión base del objetivismo de Aynd
Rand), es solo un cumulo de mentiras.
En la actualidad la
alianza de Musk y Trump dirigen al gobierno de los Estados Unidos, en lo que es
una derecha alternativa. Millonarios high tech como Zuckenberg (anteriormente
un feroz opositor a la derecha), han dado su apoyo a Trump.
Tanto sus
detractores, como sus simpatizantes hablan de un tecnofeudalismo, los primeros
como una advertencia sobre el control de los millonarios, mientras que los
segundos como un nuevo Medievo más conservador y tradicional, pero con alta tecnología.
Básicamente el arqueofuturismo de Faye pero llevado por tecnócratas ultracapitalistas.
Los antiprogres
apoyan en internet las acciones de Elon Musk por la derecha alternativa, pero
hay algo que no ven, a menudo progre es sinónimo de liberal o woke pero esto no
es del todo cierto.
Elon Musk y estos
millonarios high tech son de hecho progresistas, todos aquellos que apoyan el
avance tecnológico, los viajes al espacio, la supremacía del internet, aparatos
digitales y el progreso científico y tecnológico de la humanidad, son
progresistas.
Entonces este
neofeudalismo o como le quieran llamar, es un progreso o una búsqueda progresista
de llevar a la humanidad a un futuro controlado por la tecnología.
¿Qué sería de
personajes de Elon Musk, Zuckerberg o los influencers sin la tecnología? No serian
nada, porque estos personajes en el mundo real, no tienen ningún talento.
La idea de que Musk está
liderando una nueva “revolución conservadora” es absurda y solo lo cree gente
tonta que quiere que en sus caricaturas de su infancia no le cambien el color
de piel a su personaje favorito.
La única revolución
conservadora que puede haber es contra figuras como Musk y contra toda su
sociedad tecnofeudalista o tecnomedieval.
La tecnología en
Occidente solo sirve para mantener embrutecidos a los hombres, para mantenerlos
sumisos y con el cerebro frito.
Pero el enemigo no es
Musk, Trump o algún tecnócrata famoso, sino la idea misma de tecnología descontrolada,
de las cuales los anteriormente mencionados son sus representantes. La verdadera
lucha de conservadores contra progresistas, no es por caricaturas o productos
de ficción, sino entre los hombres arraigados a una tradición real y a la
tierra contra el gigante tecnológico representante de las ideas de progreso,
prometeismo y ultra capitalismo.
Para concluir voy a
citar al tradicionalista pagano Askr Svarte, fuerte enemigo de la civilización tecnológica
y de hombres como Elon Musk:
“Das Man y los portadores de la
modernidad y la posmodernidad no tienen esperanzas de sobrevivir a los
cataclismos y al declive radical de la población que conlleva la destrucción de
la civilización tecnogénica. Las élites culturales, políticas y económicas, los
programadores, los diseñadores, los ingenieros y los técnicos, los científicos,
los evangelizadores y divulgadores científicos, los directivos de las
corporaciones de TI, las élites compradoras pro-occidentales y los tecnócratas
políticos de todos los países, los apologistas del progreso en el ámbito social
científicos, futurólogos, emprendedores, blogueros, seguidores de Elon Musk en
Twitter, etc., etc., todos estos tipos deben de ser ejecutados sin piedad.”
Mayo 2025
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