Por Fernando Trujillo
“Vamos eh, vamos que estos hijos
de puta nos mataron a nuestros pibes, nuestros amigos, vecinos, no podemos
perder.”
Diego Maradona
Con estas palabras
que sirven como introducción, el futbolista Diego Armando Maradona, animaba a
la selección argentina a enfrentarse al equipo inglés, en el Mundial de México
de 1986, posiblemente el partido más importante de todo el siglo XX.
No fue un partido
cualquiera, cuatro años antes en la Guerra de las Malvinas, Inglaterra le
arrebato las islas a Argentina, en una derrota humillante y que costo cientos
de vidas de jóvenes argentinos que defendieron la patria de un imperio
depredador.
El futbol es la
continuación de la guerra, pero en el deporte, así ha sido siempre, la Guerra
de Malvinas no termino, sino que continuo en el Mundial y el campo de batalla
fue el Estadio Azteca.
Maradona animo a sus
compañeros a ir al campo de juego, como un general anima a las tropas a salir a
la batalla a luchar por la patria.
Aquel partido no fue
importante solo para Argentina, sino para todos los países que conforman la
América Latina, porque el espíritu latino se materializo en la figura de Diego
Armando Maradona.
En el último Mundial,
Argentina volvió a ganar la copa con Messi a la cabeza, pero nada iguala a
aquel partido de México 86. Aquel partido en el que la Mano de Dios se hizo
presente, fue un acontecimiento que no se repetirá jamás.
No haré una semblanza
biográfica de Maradona, en este artículo, si no realzar su figura como un mito
de nuestro continente, un símbolo no solo del futbol, sino de la liberación de
los países de Latinoamérica del imperialismo occidental.
Por supuesto Maradona
fue humano, cometió muchos errores en su vida, tuvo problemas con las drogas y
otros excesos, políticamente apoyo la socialdemocracia de los Kirschner que
durante su largo periodo fue catastrófico para el pueblo argentino, pero a
pesar de estos errores y debilidades eso no quita que fue junto con Pele, el
mejor jugador de futbol del siglo pasado.
El futbol a menudo es
denostado por la clase intelectual (o pseudointelectual) que lo catalogan
despectivamente de “un espectáculo populachero”, a menudo citando una frase de
Borges que dice “el futbol es popular porque la estupidez es popular” en redes
sociales (dudo mucho que hayan leído algo más de Borges).
Y si, admito que yo
como escritor fui de esos, pero afortunadamente me he ido desprendiendo de ese
pseudo-intelecutalismo de carácter liberal.
El intelectualismo
snob desprecia el futbol porque no ven más allá de sus pretensiones elitistas,
una acusación especial que estos sectores señalan al futbol es de ser un “pan y
circo para desviar la atención de las masas” de los problemas sociales y
políticos reales, esto puede ser verídico, pero es una acusación muy
reduccionista.
El futbol es más que
un deporte para entretener al pueblo, representa la identidad de una comunidad,
representa al ethos de una ciudad, un pueblo, un estado, una tribu. El futbol
es tribalismo, cada equipo porta con orgullo los símbolos y nombres de su propia
comunidad.
Por ejemplo, en
México, equipos como el de Rayados de Nuevo León porta el nombre de una tribu
indígena de la región, en sus partidos su afición muestra mantas donde aparece
orgulloso Diego de Montemayor, fundador de Monterrey. Los Rayados son la
representación de los valores y símbolos neoleoneses, Diego de Montemayor y los
fundadores de Nuevo León son sus representaciones. De la misma forma cada
equipo de la primera división de cada estado de México, representa el espíritu
de su comunidad.
Lo mismo sucede en
países de Europa y Sudamérica, donde cada equipo representa el espíritu de su
región, las peleas entre hooligans de diferentes aficiones, son las guerras
tribales del pasado, pero en la cancha, con un balón de futbol y en todo caso a
punta de golpes fuera de los estadios.
Violencia, tribalismo
y futbol van unidos, porque es el espíritu masculino encarnado en un
enfrentamiento en la cancha, más que un juego, en el futbol es una batalla, una
guerra y en muchos casos como el Mundial disputado entre Argentina e Inglaterra
es una epopeya épica.
A menor escala, en
las escuelas los equipos de futbol son venerados, como los representantes del
espíritu escolar, cada escuela tiene su equipo al que apoya y se une en cada
partido, cada uno de estos equipos lleva los símbolos y el nombre su colegio
para defenderlo en la cancha.
Perder un partido no
es cualquier cosa, es una vergüenza para el perdedor, un equipo derrotado, es
una derrota para toda la tribu, por eso en el futbol, la victoria siempre es un
deber escolar, comunitario y nacional.
La Segunda Guerra
Mundial termino con la derrota de los fascismos y del nacional socialismo pero
ha continuado en las canchas. El neofascismo europeo ha encontrado lugar dentro
de las agrupaciones hooligans de diferentes equipos de Europa, es común
encontrar el saludo romano en partidos, cruces celtas y fascios alzados en los
partidos con orgullo, porque la guerra no termino, sino que continua en el
campo.
Italianos contra
ingleses, alemanes contra franceses, turcos contra griegos, las viejas guerras
del pasado, reviven en el campo de juego, los hooligans italianos se agarran a
golpes con los hinchas ingleses, a las afueras del estadio, unos alzando una
cruz celta, otros la cruz de San Jorge.
Hinchas alemanes se
pelean con hinchas franceses, recordando la guerra franco-prusiana, las guerras
mundiales, el mundo latino contra el mundo germano, a las afueras del estadio,
con navajas, bates de béisbol y vasos de cerveza.
De la misma manera la
guerra de Malvinas, no termino el 14 de junio de 1982, cuatro años después
continuo en el Mundial.
Maradona les recordó
a su equipo, que contra quienes jugaban fueron los que cuatro años antes,
mataron a sus hijos, hermanos, vecinos, a su gente al fin y al cabo. Perder no
era una opción, debían ganar, debían tener la copa, porque era un deber con
aquellos que murieron en Malvinas defendiendo la patria.
Los goles que
Maradona metió, aquellos dos goles considerados los más gloriosos de la
historia del deporte, fueron como dos misiles sobre la flota británica, dieron
la victoria a Argentina y más que eso, devolvieron la esperanza y la dignidad a
un país que la perdió cuatro años antes.
Inglaterra pudo
apropiarse de las Malvinas, pero no obtuvo la copa de oro en el Mundial del 86,
ese fue el triunfo del pueblo argentino de la mano de Maradona.
Mucho se le ha
acusado a Maradona: drogadicto, kirchnerista, mujeriego, bufón, pero hay algo
de lo que nunca se le puede acusar, de olvidar a los suyos.
Maradona nació en
Villa Fiorito, uno de los barrios más pobres de Argentina, a pesar de haber
salido del barrio y vivir en departamentos de lujo, de jugar con los mejores
equipos, nunca se olvidó de su barrio.
Rosana Cejas dueña de
la fundación Comedor de los Peques en Villa Fiorito, hablo de Maradona: “Yo a Diego, lo veía como una persona
humilde. Él nunca se olvidó de Fiorito. Yo lo defiendo como el mejor, pro no
por jugar bien al futbol, sino porque era la mejor persona, siempre humilde,
nunca se olvidó de su barrio.”
El biografió oficial
de Maradona Ernesto Cherquis Bialo menciona: “Había dos cosas en las que Maradona fue inmodificable: su amor por el
futbol y su orgullo de argentinidad. El no olvidarse de donde salió es parte de
la argentinidad, pero también es parte de no dejar de mirar hacia atrás cuando
se va velozmente hacia adelante.”
Hemos visto muchas
historias de gente que nace en la pobreza, alcanza la fama y después se olvida
de sus raíces, pero no Maradona, testimonios afirman que siempre fue humilde y
ayudaba en lo que más podía a su barrio y a la gente desfavorecida, hacia donaciones,
pero no quería tener fama por ello.
Maradona jugo para
grandes equipos como el Barcelona y el Napoli, en su periodo con este último se
convirtió en el ídolo de los italianos.
Sus primeras palabras
al llegar a Italia fueron: “Quiero
convertirme en el ídolo de los pibes pobres de Nápoles, porque son como yo
cuando vivía en Buenos Aires.”
La llegada de
Maradona, convirtió al Napoli un equipo que se encontraba en el fondo de la
tabla, a un equipo victorioso, después del Mundial del 86, el Napoli con
Maradona a la delantera se convirtió en campeón de la Copa de Italia.
“Nápoles es mi casa” dijo durante la celebración, la mayor parte de la población
argentina es descendiente de los italianos, existe un lazo inquebrantable entre
la primera Roma de Europa y la Roma del Sur (como la llamo el poeta Juan Pablo
Vitali), también llamado Buenos Aires en Argentina.
El genio latino que
dio a grandes hombres como Perón, Borges, Roca, Quirino Cristiani, dio también al
gran jugador Maradona, quien, al jugar en Italia, reafirmo la hermandad latina
entre ambas naciones.
Enrico Fratangelo,
alcalde de Castellino de Biferno, un pueblo al sur de Italia, expreso sobre
Maradona: “A Maradona lo consideramos el héroe
del hemisferio sur. Argentina nos envió al verdadero héroe que siempre ha
defendido a los pobres y nunca se ha rendido a la lógica mercenaria. Después del
Diego, el sur de Italia y el sur del mundo han reabierto sus mentes y pueblos
sumisos se han convertido en pueblos iguales. Por lo tanto, viva Maradona y
viva la libertad.”
Para entender la admiración
y devoción del sur de Italia por Maradona, hay que entender un poco de historia
de este país, el norte de Italia a menudo es el más rico y próspero, mientras
que el sur italiano es más rural y olvidado por los políticos del norte. Maradona
dio al sur italiano, victorias en el futbol sobre los equipos del norte,
devolviendo la esperanza a los pobres y olvidados por las clases altas, convirtiéndose
en el héroe del sur.
El alcalde Fratangelo
como alcalde creo su propia moneda con el rostro de Maradona, para combatir la crisis
causada por la pandemia, cercano al poblado se encuentra una escultura de yeso
de Maradona en un altar acompañado de la diosa Venus, decorado de columnas
griegas, estatuas de dioses olímpicos y querubines. Más que una excentricidad,
demuestra el poder de Maradona como un símbolo latino que trasciende.
Lamentablemente los
excesos en la droga, llevaron a quien fuera llamado la Mano de Dios a su caída,
como todo buen latino Maradona fue dado a los excesos ya sea el alcohol, las
drogas y las mujeres, llegando a altercados, acusado de violencia de género y a
ser considerado un ídolo en decadencia, pero eso no quita su legado como uno de
los mejores futbolistas que ha dado América Latina.
Maradona murió un 25
de noviembre del año 2020, en el mismo día que murió Fidel Castro y el mismo en
el que Mishima cometió su legendario sepukku. A su muerte fueron declarados
tres días de luto nacional, multitudes en Italia y Argentina se congregaron en
estadios a rendirle homenaje.
Maradona en vida y más
allá de la muerte trascendió como un símbolo de la patria latinoamericana.
Su casa en Villa
Fiorito es hoy considerada un patrimonio cultural de Argentina, mantiene un
templo al lado de los dioses olímpicos en el sur italiano, se ha convertido en
un santo popular en Argentina a quien se le reza y se le da ofrendas. Fue un
personaje recurrente en la historieta Cazador
de Aventuras de Jorge Lucas, donde es el mejor amigo del protagonista.
Maradona es un
ejemplo de la lucha política y cultural contra el neoliberalismo, el hombre, el
mito que derroto a los anglos en la cancha y que todos los revolucionarios
debemos tomar como una victoria política real contra la hegemonía liberal.
No es nada raro que
el wokismo, el libertarianismo y el pseudointelectualismo producto del mundo
liberal odien a Maradona como símbolo.
Maradona no solo
levanto al sur italiano, sino a nuestro sur global, contra el norte global
anglo-sionista, el genio latino, la viveza criolla, la voluntad revolucionaria,
todo estaba en la figura de Maradona.
Por eso Maradona es
el símbolo de nuestra América Latina como Patria, de una lucha por naciones
soberanas y por un Sur Global libre y victorioso.
Por eso aquel partido
de México 86 en el que Maradona salió a jugar motivando a su equipo a ganar para
vengar a los caídos, son y serán nuestros mitos.
Ese es el legado de
Maradona.
Agosto 2024
Fuentes consultadas
El pueblo del sur
italiano que paga con billetes con la imagen de Maradona y el alcalde rebelde
que sueña con su independencia
Maradona el ídolo de
Italia: Así fue su paso y consolidación en el Club Napoli
https://www.elfinanciero.com.mx/deportes/2022/11/25/historia-de-maradona-en-el-napoli-club-italiano/
Maradona unió su pasión
solidaria con el arte del futbol
https://puntoconvergente.uca.edu.ar/maradona-unio-su-pasion-solidaria-con-el-arte-futbolistico/
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