Por
Fernando Trujillo
Un fenómeno que ha ido creciendo en los países hispano parlantes es el
resurgimiento en el poder de los grupos evangélicos, desde el triunfo de
Bolsonaro en Brasil y la llegada de Jeanine Añez a la presidencia de Bolivia,
estos grupos han ido adquiriendo más poder dentro de la esfera política. No
obstante la influencia evangélica no se limita a los gobiernos de derecha, en
las pasadas elecciones de dos mil dieciocho en México, el actual presidente
Andrés Manuel López Obrador estuvo apoyado por gente del hoy extinto partido de
derecha PES.
La iglesia de la Luz del Mundo cuyo líder enfrenta cargos de abuso
sexual en USA, políticos de diferentes partidos homenajearon a este líder en un
evento en el Palacio de Bellas Artes y el mismo presidente se ha reunido con
estos grupos para darles espacio dentro de los medios y de su gobierno.
En el Sur de México agrupaciones evangélicas avanzan convirtiendo sobre
todo a los grupos indígenas más pobres, su avance rivaliza con el del Islam que
ha tenido una fuerte presencia desde hace un tiempo.
Estos son algunos ejemplos del crecimiento y poder que están teniendo
los círculos evangélicos en Latinoamérica, no es un fenómeno nuevo pero se
encuentra en expansión, más fuerte y peligroso que nunca.
El cristianismo evangélico la más odiosa de las importaciones anglo al
continente latino es un arma en su propia guerra santa contra los
latinos-hispanos. Cuando el político Luis Fernando Camacho menciono: «Vamos
a sacar de los lugares públicos la Pachamama y vamos a imponer la Biblia».
Muchos conservadores arraigados al catolicismo
celebraron esta frase pero lo que el político no menciono (astutamente) fue que
no se trataba de la Biblia católica sino de la Biblia evangélica, donde la
riqueza y el individualismo herencia del calvinismo anglo son la fuente
esencial.
Los colectivos evangélicos toman la cultura de
los pueblos indígenas como un paganismo que debe ser exterminado, su odio no es
únicamente hacia estas culturas sino hacia cualquier otro tipo de religiosidad
propiamente hispana, no es de extrañar que Bolsonaro quiera acabar con las
tribus libres del Amazonas y talar todo este ecosistema para venderlo a las
multinacionales, el globalismo capitalista y el universalismo calvinista son uno
mismo en la destrucción de los pueblos. Porque el Amazonas y los bosques
representan a esa naturaleza pagana que buscan destruir y convertir en
ciudades, en construir grandes edificios de concreto, porque es la mentalidad
evangélica que por decreto del dios hebreo la naturaleza este sometida por el
hombre, que este debe explotar sus recursos para acumular más riqueza material,
bajo este mandato escrito en el libro del Génesis se puede deforestar, cazar
especies en peligro de extinción, contaminar y destruir en beneficio de la
riqueza del hombre.
Poco después del golpe de estado en Bolivia, el
nuevo gobierno abrió las puertas a multinacionales extranjeras para parasitar,
apropiarse de los recursos naturales de la nación.
Resulta una ofensiva contra la herencia
hispano-indígena que llego a una reconciliación tras las conquistas.
El filósofo y teólogo Enrique Dussel menciona: “Esa biblia reinterpretada desde un hombre
moderno norteamericano es el origen de la posibilidad de una nueva Biblia, eso
es hoy usado por la OEA y la nueva política norteamericana que se está
retirando de Medio Oriente. Se habían alejado de América Latina, pero como en
Irak e Irán han sido derrotados, vuelven a Latinoamérica y la quieren
recuperar. Eran sutiles los métodos pero hemos vuelto a los golpes de Estado”
Dussel no se equivoca, estamos bajo una segunda
Operación Cóndor con las iglesias evangélicas como arma más peligrosa, durante
mucho tiempo los tontos intelectuales de la derecha como Laje y Milei nos han
advertido del peligro del socialismo pero es en la derecha evangélica donde
radica un peligro mucho más grande y dañino, no dudo que estos intelectuales se
lleguen a unir o apoyar de alguna manera a estos colectivos—si no es que ya lo
están haciendo—la infiltración evangélica resulta algo mucho peor que el
liberalismo cultural, pues si este último esta para destruir la cultura, el
cristianismo evangélico está presente para destruir su espíritu y su alma.
El peligro evangélico continuara su avance
imparable hasta que los hombres valientes, los patriotas y defensores de su
tierra tomen acciones desde su trinchera contra este asedio.
Febrero 2020
Publicado por primera vez el 28 de febrero de 2020 en el sexto volumen de la revista Herejia Revista Herejia numero 6
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