Por
Fernando Trujillo
Alguna vez el filósofo Julius Evola escribió que en la
espiritualidad de los nativos norteamericanos radica la verdadera
espiritualidad de los Estados Unidos pero que por desgracia es muy reducida
para significar una oposición frente al materialismo yanqui.
Los indios nativos fueron un ejemplo de lucha y
resistencia frente a los avances de la civilización industrial y entre ellos
encontramos la gesta del jefe apache Gerónimo. No es mi intención hacer una
extensa biografía sino escribir sobre Gerónimo como un ejemplo y referente para
el tribalismo.
Durante el siglo XIX las tribus nativas fueron
desplazadas por el avance de los gobiernos de Estados Unidos y la República
mexicana, ambos gobiernos comenzaron campañas de exterminio contra los indios
americanos porque eran una amenaza para la modernidad que ellos representaban.
Gerónimo se levantó en armas cuando su familia fue
asesinada, enfrentándose a las repúblicas masónicas de Estados Unidos y México,
liderando a los apaches a la guerra contra ambas naciones representantes de
Occidente.
Entre 1858 y 1885 fue uno de los más fieros guerreros,
alentando a su gente a no quedarse prisionera en las reservas, sino a pelear
por la tierra que alguna vez fue suya. Gerónimo fue además un chamán con un
elevado conocimiento esotérico lo que lo diferenciaba de otros jefes nativos.
En Gerónimo se encontraba un guerrero de la Tradición
con conocimientos sobre esa espiritualidad profunda, la magia ancestral poco
comprendida por la gente de la época moderna.
No es ninguna casualidad que el cráneo del jefe apache
fuera robado por masones para sus rituales a modo de venganza, el cuerpo de un
chamán tiene poder aun después de la muerte y su guerra contra el Estado no
pudo quedar impune aun después de su fallecimiento, por lo que su cuerpo fue
mancillado y usado en ritos profanos. Hasta la fecha aún no se devuelve el
cráneo.
Ahora nuestra reivindicación de Gerónimo no debe
obedecer a ese “indigenismo de universidades”, que es una creación de ideas
occidentales como el troskismo, este “indigenismo” cuyos representantes son en
su mayor parte blancos privilegiados de las ciudades, es un indigenismo
desprovisto de todo espíritu pagano de carácter solar, filtrado todo el
trasfondo mítico para darnos una versión endulzada y victimisma de los pueblos
nativos.
Se puede detectar esta “reivindicación indígena”
cuando sostienen que los nativos no creían en dioses, sino en fuerzas
elementales (aja), cuando dicen que no hacían la guerra, sino competencias o
cuando sostienen—en el caso de los antiguos mexicanos—que no hacían sacrificios
humanos, sino que estos teóricos universitarios te venden una idea totalmente
distorsionada, donde los pueblos nativos eran unos hippies que vivían en una utopía
anarquista (del tipo liberal), cantando Imagine
y fumando hierba.
Los apaches, los nativos no fueron “nobles salvajes”,
fueron barbaros sanguinarios, arrancaban las cabelleras de sus enemigos,
cazaban bisontes y les arrancaban la piel para cubrirse, comían la carne de los
animales que cazaban, sus gritos de guerra aterrorizaban a sus enemigos,
veneraban la cacería, la guerra, la violencia sagrada, danzaban frenéticamente
honrando a los espíritus de sus antepasados.
Gerónimo no fue un amable hippie, tampoco tenía una
ideología marxista (del tipo troskista), quería venganza contra los asesinos de
su familia, quería recuperar la tierra que fue suya, quería masacrar a los
hombres civilizados, arrancar cabelleras, quería destruir la civilización
occidental de donde emanan los virus ideológicos del liberalismo.
Si viera el espíritu viril de los nativos, un hipster
indigenista criado en ciudades, ateo y vegano se moriría de miedo. Lo más
probable es que un guerrero apache le arranque la cabellera como es debido.
La guerra de Gerónimo era una guerra contra el Mundo
Moderno.
Las repúblicas de Estados Unidos y México tienen una
profunda raíz masónica, ambas naciones surgen de esta raíz profana y se alzan
hasta la fecha como dos gigantes monstruosos. Gerónimo supo ver la verdadera
esencia de ambas naciones profanas y combatió a los monstruos surgidos de la
era de la razón.
Gerónimo fue encerrado en reservas, escapo, hizo la
guerra hasta que la edad termino por cansarlo y se rindió las armas.
Como ejemplo para la tribu continua porque en Gerónimo
vemos al sabio, al chaman, al guerrero, al héroe, al hombre de acción frente al
Imperio de la Nada.
Gerónimo sigue el ejemplo del barón Unger, del
rebelde, del anarca, del hombre que permanece en pie frente a un mundo en
ruinas.
El espíritu de Gerónimo y de los indios nativos es lo
que debemos retomar, las virtudes apaches, sioux, crow, ese espíritu viril que
forma la verdadera esencia de esta tierra.
Septiembre 2019
Revisado y corregido en abril de 2024
Publicado originalmente en https://ravenkult.home.blog/2019/09/03/geronimo-como-ejemplo-de-resistencia/
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