Como
en la alquimia, los elementos de la naturaleza tienen sus afinidades y sus
rechazos. Del mismo modo pasa con la sangre.
No creo en dogmas, no creo en absolutos, creo en la sabiduría y en las leyes de
la naturaleza. Las razas existen ¿Qué duda cabe? Sin embargo la dinámica de la
vida fluye y busca un equilibrio. Nada es estático: Se sabe cuáles son las
consecuencias de la endogamia, cuando un grupo se vuelve excesivamente cerrado.
Pero como en la alquimia, las combinaciones no son de cualquier modo. ¿Por qué
ocurre eso? Pues puede ser materia de un tratado completo. Por qué una cherokee
y un irlandés o una guaraní y un español, no dan la misma calidad de
descendencia que un irlandés o un español con una negra o una aymara no lo sé.
Pero sí he visto los resultados, tanto materiales como espirituales o
intelectuales.
No hago apología del mestizaje, sólo digo que existe y que sus resultados son
diferentes, como en la alquimia lo son las combinaciones de los distintos
elementos.
Los criollos guaraníes derrotaron a los españoles y los rusos “sub humanos”
derrotaron a los alemanes. Eso es parte de la historia. Los confederados tenían
seguramente mucho de ciertas tribus de indios de norteamérica o de México, y
eso no les hace mella en su altura. Al menos para mí.
Eso de la cruz prendida fuego del kkk me parece una soberana boludez. Hacen
racismo en nombre de un judío asesinado por judíos y después son antisemitas.
Mejor sería considerar que ese predicador semita les jodió la vida y que
algunos indios de América son más valiosos que la Biblia.
Sentarse en el dogma de la pureza racial no es ser identitario. Ser identitario
es comprender la alquimia de la vida, su dinámica, sus afinidades y los límites
de los aportes. A veces la sangre se cansa y se licúa, entonces aunque sea pura
no sirve para nada. La sangre no tiene vida sin espíritu ni consciencia.
La combinación de los elementos: tierra, sangre, cielo y espíritu, no es algo
inamovible, no es algo estático. Pero a la gente no le gusta dilucidar ese tipo
de misterios: prefiere la certeza de un dogma cerrado o los delirios que le
permitan volar sin el esfuerzo de comprender la realidad.
Mover los límites es sabiduría, no tenerlos es dejar de existir. En la raza
como en la alquimia, sólo algunos pocos comprenden esa relación.
Juan
Pablo Vitali (1961-2021)
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