Por
Fernando Trujillo
Monterrey paso de ser una ciudad de primer nivel
conocida como la Sultana del Norte, a ser una ciudad en perpetua crisis
urbano-ambiental. Esta destrucción de Monterrey no empezó el año pasado con la
crisis del agua, sino que ha sido un proceso lento, que empezó hace mucho sin
que al regio promedio le importe.
Pero antes de continuar ¿Qué es una ciudad? Esta
pregunta es muy importante y pocos saben realmente la respuesta.
Existe una diferencia entre la ciudad-Estado y la
ciudad moderna en su sentido cosmopolita, el historiador quiteño Francisco
Núñez del Arco en su libro Quito fue
España: Historia del Realismo Criollo nos marca la diferencia:
“La
gran ciudad, moderna en particular, no comparte la misma naturaleza de la
ciudad-Estado, que constituye el nervio de la vieja Grecia y que en la América
española halla su continuidad histórica más extraordinaria. Mientras que la
ciudad-Estado <<es un foco de irradiación, un núcleo de desarrollo, con
vida exuberante, que rechaza o admite y jerarquiza sus componentes con un
criterio de selección, la gran ciudad es un centro de atracción, una Caribidis
que engulle indistintamente al selecto y al arribista y al
desarraigado>>.” (en esta última parte el autor cita
a Antonio Magariños en su obra Desarrollo
de la idea de Roma)
Las ciudades hispánicas fueron fundadas basadas en el
modelo de ciudad-Estado, por otra parte, la ciudad moderna o cosmopolita, tiene
su origen en la civilización anglosajona con la revolución industrial, donde la
ciudad se convierte en una pesadilla que encierra a millones de ciudadanos sin
identidad, más que obreros y esclavos de la industria empresarial, en una
ciudad-prisión contaminada.
En la actualidad, Monterrey ha dejado de ser la
ciudad-Estado de sus orígenes, para ser una ciudad moderna, en todo sentido.
Monterrey tuvo hace mucho un alto desarrollo como
ciudad, que la convirtió en una de las mejores ciudades de México, siendo el
trabajo, la autodeterminación, el patriotismo y orgullo por la ciudad, lo que
hizo que Monterrey se ganara el sobrenombre de la Sultana del Norte.
Esta ciudad fue fundada por hombres libres, aquí llegaron
familias vascas y portuguesas a fundar una nueva patria, una ciudad que
defendieron de los indios barbaros, los mismos novohispanos de la capital y los
yanquis, siempre defendiendo su derecho a la autonomía, después llegaron los
italianos a trabajar la tierra.
La ciudad creció, dio a grandes hombres a México,
desde militares, intelectuales, políticos y empresarios, en toda su historia
Monterrey fue imponiéndose, creciendo, la industria dio mucho pero el precio
fue alto y nos arrebató más, los regios permitimos que la identidad industrial
lo fuera todo.
Sería demasiado largo de explicar y no hay una
respuesta definitiva, posiblemente este proceso de decadencia empezó hacia
mucho y no lo vimos.
Antes de 2008, Monterrey era una ciudad limpia,
segura, desarrollada, una ciudad de primer nivel, pero después del año citado,
las cosas fueron a empeorar más. Monterrey estaba siendo destruida no por
enemigos externos, sino por un enemigo interno: la clase política y empresarial.
Políticos como Santiago Vidaurri o Genaro Garza García
que amaron Monterrey y la hicieron grande ya no existen, la clase política que
depreda la ciudad, no la ama, solo le sirve a sus intereses, a partir de 2008 comenzó
el proceso de destrucción de Monterrey.
La crisis de seguridad del calderonismo que aún
persiste, la piedreras y cerveceras destruyendo la naturaleza, la crisis del
agua, de feminicidios, hasta llegar a las crisis urbanas y ambientales, han ido
destruyendo lo poco bueno que queda.
El patrimonio cultural siendo derribado, el orgullo neoleonés
ha sido tergiversado hasta convertirlo en un patrioterismo de pacotilla,
separatistas con la bandera de la Republica de Rio Grande que admiran a Estados
Unidos y quieren ser una estrella más. Es de risa.
Derriban los edificios históricos y ponen rascacielos,
hoy el regio celebra que llegue Tesla a su estado a seguir contaminando y robándole
los recursos, solo un idiota piensa que esa compañía se preocupa por el medio
ambiente, cuando las pilas de Tesla son de lo más contaminante.
La decadencia de Monterrey viene con la decadencia de
su pueblo, antes el pueblo regio tenía claro que su enemigo era el yanqui, lo combatió
ferozmente en la gloriosa Batalla de Monterrey, hoy el regio se inclina ante
Elon Musk y ante los yanquis. Es patético y es triste.
Quizás los buenos regios murieron durante esa batalla,
lo que quedaron vivos fueron los cobardes y tarados para reproducirse, solo así
se puede explicar esta decadencia.
Si le preguntas al regio promedio quien fue Alfonso
Junco, Alfonso Reyes o Canales Rosilli, a duras penas sabrán quienes son, pero
si le preguntas quien es algún millonario influencer gringo seguro que te dirá
que lo admira. El regio tiene la mentalidad de los empresarios sanpedrinos pero
no tiene su dinero.
Monterrey fue alguna vez una ciudad poderosa y por esa
misma razón tenía que ser destruida. Los enemigos de Monterrey triunfaron al
final.
¿Volverá a renacer la ciudad? No lo sé, una parte de
nosotros quiere que sí, pero no lo sabemos, en la ciudad aún se erigen las
estatuas de Diego de Montemayor, Carbajal y de la Cueva y el general Zuazua, neoleoneses
de verdad, mejores hombres que vivieron en tiempos mejores.
Marzo 2023
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