Por
Fernando Trujillo
Llego el sábado 24 de septiembre, día en el que se
llevaría a cabo la sexta edición del México Metal Fest, estaba algo cansado y
con una ligera cruda después de la jornada que fue la quinta edición.
Este evento estaba programado para finales de octubre
del año pasado, junto con la quinta edición, por cosas que todos ya sabemos se
reprogramo para el siguiente año, hemos esperado mucho por esto
La cruda en Monterrey se cura con unos tacos de
barbacoa y un refresco, fui a un puesto de tacos, ubicado en el centro de la
ciudad, en el puesto se encontraba desayunando otro de los asistentes al evento
del día anterior.
Para mi sorpresa se trataba de Hugo guitarrista de la
banda Fightback quienes tocaron ayer en uno de los escenarios del festival, al
cual no pude asistir—en ese horario me parece que Cemican estaba
tocando—platicamos un poco sobre nuestras impresiones del evento, los
conciertos que presenciamos, fue una plática muy agradable y me gusto compartir
opiniones con otra persona sobre el festival, después de despedirnos y del
desayuno me dirigí por un café que necesitaba para aguantar toda la jornada,
para finalmente dirigirme a ver el evento.
Llegué casi alrededor de la una, justo en el momento
en el que Broken Hope subía al escenario, un buen inicio, estamos saludando a
los amigos que encontramos, brindando con nuestras cervezas o entrando al mosh
que se arma, después siguió Jungle Rot que hace algunos años se presentaron en
mi ciudad de origen y a los cuales en su momento no pude ver, ahora tenía una
segunda oportunidad y fue espectacular, este tipo de festivales te da las
oportunidades de ver a muchas de tus bandas favoritas en una sola fecha y un
solo lugar. La tercera banda en tocar fue Toxic Holocaust del cual no conozco
mucho, a mitad de su momento, fui por una cerveza y a ver a algunos amigos.
Después de charlar un poco y tomar un vaso de cerveza,
toco el turno de Brujería y esto era algo que no podía perderme, quería ver en
el otro escenario a Rise of the Mictlan, que tocaban en el mismo horario, una
banda que usa la imaginería prehispánica (como Cemican) y a los que pude
escuchar en su concierto grabado que dieron en un Wacken, pero sin embargo
Brujería era una banda que era imposible de perderse, sobre todo porque este
año no pude estar en una gira que hicieron dentro del país.
Brujería empezó tocando fuerte, se nota su marca en el
escenario, creo que, de todas las bandas de metal en México, Brujería es la más
mexicana, en sus canciones encierra esa esencia de poder prieto que en el
movimiento del mismo nombre resulta demasiado artificial, en Brujería llevan el
poder prieto en sus venas, en sus letras, en sus ya clásicos himnos Matando güeros y Raza Odiada.
Me uní sin pensarlo al mosh y es que me dejé llevar
por la música, por esa fuerza primitiva en sus letras que me hizo unirme al
desmadre que se estaba armando.
Un tanto cansado fui por una cerveza, mientras me
encontraba amigos y platicábamos, me encontré con dos buenos amigos con los que
asiste a la cuarta edición, unos años atrás, fue un gusto reencontrarme con
ellos, no los había visto por diferentes motivos (la pandemia incluida) pero
fue un buen punto de encuentro, llegaron los turnos de Nile y Asphy X, no son
muy fan de estas, pero estuve conviviendo y escuchando, llegó el turno de Dark
Funeral y yo estaba formado en las primeras filas, me reencontré con una amiga
que estaba con su celular lista para grabar, estábamos a la expectativa, Lord
Ahriman único de los miembros fundadores se encontraba en el escenario con su
guitarra, un señor del mal encarnado vestido de negro con su guitarra y el
vocalista Heljarmard elegante, siniestro, impone con su presencia maligna,
nosotros aplaudimos y tomamos fotos con nuestros celulares, se mueve con gracia
y elegancia en el escenario, los señores del mal tocan salvajemente mientras la
voz de Heljarmard invoca la apertura de las puertas a Satán en el escenario,
toma una cruz católica y la profana con su saliva, frotándola en sus genitales
ante toda la audiencia, parte del espectáculo satánico y siniestro que los caracteriza,
en mi opinión Dark Funeral fue de los mejores de este segundo día de festival.
Continua Bloodbath, la multitud está en el mosh, saltando,
en otros escenarios hay bandas tocando también pero no me quiero alejar, quiero
ver a Mayhem de cerca, dejo de tomar cerveza para tomar agua purificada, quiero
estar de pie y con energía para las ultimas bandas, pasa el tiempo y toca el
turno a los ucranianos de Jinjer, yo por mi parte me voy a formar al escenario
donde tocara Mayhem para estar en primera fila, me toca estar de cerca y ya van
los fans de la banda a reunirse.
Jinjer toca y no sé pero siento que dura demasiado,
esta opinión es compartida por los que estábamos reunidos esperando a la icónica
banda pionera del black metal noruego, entre la multitud hay gente que grita
que ya se acabe y empiece Mayhem, sentimos que dura más de la cuenta, justo
cuando parece que va a terminar sigue otra canción, no tengo nada contra Jinjer
pero mis ganas de ver a Mayhem son más fuertes y quiero que ya termine, tal vez
en otro momento pueda escucharlos y apreciarlos mejor pero ahora estoy aquí esperando
por una banda que desde hace años he anhelado ver en vivo.
El escenario comienza a montarse, se pone una manta
con el álbum Daemon con un demonio
ataviado de rojo con símbolos esotéricos, sosteniendo una daga, una imagen que
demuestra el poder oscuro de la banda.
Mayhem es una banda con una historia ya de sobra
conocida por todos los metaleros, no tiene caso que la cuente aquí, estamos
reunidos por lo que representa, por su historia, por su importancia para el
mundo del metal.
Termina Jinjer (por fin) y llegan al escenario, están Hellhammer,
Necrobutcher, autoridades en la escena black metal, pioneros y figuras de
respeto.
Los señores del mal han llegado a tomar su trono, en
el escenario aparece el húngaro Attila un vocalista que impone con su
presencia, su actitud teatral, su dominio sobre el escenario, el audio fallo un
poco, pero es algo que puedo dejar pasar ya que estaba en segunda fila, lo
suficiente para ver de cerca a esos hombres que son leyenda.
Attila es un señor oscuro que se mueve dominando el
escenario, su oscura mirada nos emociona, pude verlo a los ojos y ha sido un
gran momento en mi vida. El mal antiguo se hace presente en el momento en el
que Mayhem toca, las puertas del infierno noruego se abren mientras Attila
canta, se cambia de vestuario y las guitarras suenan.
Creo que voy a derramar una lagrima, en todo momento
es hermoso poder ver a una banda de la cual soy un gran fan desde hacía años.
Al momento de tocar Freezing Moon un tema icónico de la banda y un himno del black
metal en general, Attila ataviado como un sacerdote oscuro, con un cráneo en
mano oficia la misma negra del black metal cantando ese himno ante una multitud
que estamos fascinados, saltando, grabando con nuestros celulares y en total emoción.
Mayhem fue de las principales razones por las que
compre mi boleto y valió mucho la pena.
Possesed tuvo que cancelar unos días antes, una banda
que había podido ver hace unos años en un Metal Fest y en su lugar toco
Suffocation, mientras la banda toca, me voy formando en el escenario para ver a
Marduk, banda que también anhelo escuchar, me reencuentro con dos amigos que están
a mi lado para ver a una banda polémica debido a su uso de simbología nazi,
junto con su simbología satánica, dos cosas por las que ha tenido mucha polémica
(hace algunos años no pudieron tocar en Monterrey debido a una serie de protestas),
pero aquí estaban como cabezas del festival.
Mientras Suffocation iba tocando, se iba congregando más
gente en el escenario, estaba con las piernas adoloridas y algo cansado, pero
faltaban dos conciertos más, dos bandas más y eran de las mejores, una manta
con el nombre de la banda anunciaba lo que vendría, finalmente aparecieron sobre el escenario con
Mortuus a la cabeza, entre gritos eufóricos recibimos a los señores de la
guerra, que comenzaron con un crudo y violento golpeteo de guitarras y con su
ritual de invocación a la oscuridad y la guerra, las luces se combinaban con la
actuación de Mortuus y el sonido de las guitarras, el golpear de la batería como
si fueran balas saliendo de una ametralladora.
No nos quedamos a la función, pues mis amigos y yo a
mitad de la presentación, decidimos ir al otro escenario a formarnos para
escuchar a WASP, la presentación continuo con todo su poderío y nosotros
escuchamos desde el otro lado.
Finalmente llegó el momento, la banda que cerraría el
festival era WASP emblemática banda de heavy metal de los ochenta, empieza las
guitarras y ahí sobre el escenario aparece Blackie quien hace una pose de
triunfo para las fotos.
Después de tanto tiempo bajo el sol, después de tantas
horas muchos estábamos cansados, con el cuerpo adolorido, preocupados porque
nos cerraran el metro o no encontrar transporte de regreso, pero ahí estábamos para
ver a la última gran banda, no siempre se puede ver a una banda como WASP en
vivo, una leyenda como esta vale la pena todo el agotamiento del mundo.
Blackie es un rey sobre el escenario, lo demuestra al
momento de cantar, hubo varias pausas, la primera vez Blackie corto de repente,
agradeciendo al público y retirándose, cosa que me confundió mucho—en un
principio pensé que termino todo—y es que hubo fallos en el micrófono, cosa que
molesto a Blackie (se sabe que es muy exigente y especial en estas cuestiones),
después de que se arregló este problemita, la banda volvió para tocar con todo.
Hubo pausas largas y se alargó un poco más, pero todo valió
la pena, porque la presentación de WASP fue un cierre con broche de oro del festival.
La última canción en ser tocada fue su mítica I Wanna be Somebody, en la que Blackie interactuó
con el público presente, que coreábamos la canción con fanatismo, alzábamos las
manos, cantábamos junto con la banda, fue un cierre épico y fue hermoso.
La noche había terminado, fuegos artificiales sobre un
cielo oscuro de septiembre cierran el festival, pero antes se anuncian las
nuevas fechas y las bandas que estarán para el siguiente año. Fue un fin de
semana metalero, que ya terminaba, ahora volvíamos al mundo real.
Me despedí de mis amistades, sinceramente ver este
festival con amigos fue de lo mejor, de regreso a mi estancia estuve mirando la
ciudad de noche, en el ascensor conocí a una pareja de Oaxaca con quienes
compartimos nuestras impresiones y que bandas nos gustaron más, estábamos afónicos
y es que cantar y gritar por horas nos dejó sin voz, nos despedimos y me retiré
a mi cuarto, eran casi las cuatro de la mañana.
Después de todo solo quedan las canciones, los
recuerdos y los buenos momentos, así termino el fin de semana del México Metal
Fest, creo que todos la pasamos bien, todos coleccionamos buenos recuerdos de
ese fin de semana y las bandas que tocaron.
Un montón de extraños juntos, cantando, bailando el
mosh, siendo salvajes, libres, tomando cerveza, en ese fin de semana todos
fuimos una misma familia y el festival fue nuestra zona temporalmente autónoma,
nuestro propio país de libertad y metal.
Un fin de semana que durara para siempre.
Noviembre 2022
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