Por Fernando Trujillo
Erróneamente se piensa (incluido los
mismos neoleoneses) que la identidad industrial y empresarial son las bases del
estado, lo cual no es del todo real. Los mismos neoleoneses y México han
olvidado que Nuevo León tiene una fuerte herencia militar, ya condenada al
olvido colectivo y solo mencionado de manera anecdótica en los libros de
historia.
Durante el siglo XIX Nuevo León dio
al país a algunos de los mejores militares de nuestra historia como lo son el
general Zuazua, Canales, Zaragoza, Quiroga, Aramberri, Escobedo y Jerónimo
Treviño, todos bajo el cobijo de Santiago Vidaurri quien se desempeñó como el
hombre fuerte del estado y tuvo buen ojo al momento de elegir a quienes a los
mejores.
Toda una raza de héroes que pelearon
en las grandes batallas de la historia de México, ya sea bajo el bando liberal
o conservador.
Más importante que la herencia
industrial, que el orgullo empresarial, que la aspiración de ser una ciudad de
primer mundo imitando a Estados Unidos, es la herencia militar que descansa
sobre Nuevo León.
Monterrey fue el escudo contra los
Estados Unidos durante la guerra con este, fue en la ciudad donde las fuerzas
armadas, los mismos civiles, los irlandeses del Batallón de San Patricio
pelearon contra los invasores, perdieron, pero no sin combatir y aun después de
ser derrotados y ocupados, los neoleoneses siguieron peleando.
En el alma neoleonesa se encuentran
ese ethos militar, guerrero, esa voluntad indomable que llevo a su gente a ser
rebeldes, insubordinados frente al centralismo, a no rendirse ante la
naturaleza, los gringos o los mexicanos del centro, pero también se encuentra
ese pathos industrial, esa inclinación por lo empresarial, por la economía, por
hacer negocios y pactar incluso con los enemigos. Es un conflicto eterno y esa
enfermedad económica ha terminado consumiendo el alma neoleonesa.
No tenemos más ese ethos militar,
Nuevo León está sometido a la inseguridad, a los empresarios y políticos
ineptos de San Pedro, a los Estados Unidos, al doctor de la O y los medios de
comunicación. Nuevo León no es libre porque ha perdido su ethos militar.
El neoleonés de antes peleo por su
libertad, vivió luchando contra la misma naturaleza al construir su ciudad en
un desierto, peleo contra las constantes invasiones de los indios barbaros,
peleo contra gringos y otros mexicanos por mantener siempre su libertad. No se
puede decir lo mismo de los modernos neoleoneses, obsesionados con hacer
negocios, creyéndose emprendedores, basando todo su orgullo en esa identidad
empresarial.
¿Qué les ha dado la identidad
empresarial? Empresas les quitan el agua, derriban sus edificios históricos
para construir modernos rascacielos, explotan las áreas naturales, contaminan
el aire, he aquí la herencia industrial de la cual el regio promedio se siente
orgulloso, después de destruir su patrimonio cultural y natural ¿Qué les dan a
cambio? Un festival musical patrocinado por las mismas cerveceras que les
quitan el agua.
Estas orgulloso de ser una ciudad de
primer nivel pero esos tiempos han pasado, ahora tus calles están saturadas de
migrantes que asaltan, exigen dinero o venden baratijas en tus parques y plazas
públicas que ya no son tuyas, mientras que tú tienes que llevar agua en cubetas
para darte un baño, por supuesto los empresarios a los que admiras no tienen
esa necesidad porque ellos tienen grandes piscinas.
Eugenio Garza Sada es representado
como el modelo del empresario regio y en general el modelo de hombre ideal
regimontano, por mi Garza Sada y su legado pueden irse al carajo, los modelos
del hombre neoleonés deben ser figuras como Vidaurri o Zuazua, así como los
hombres que pelearon y defendieron esta tierra.
Hoy el ethos militar descansa en el
Museo del Noreste, donde se encuentran los viejos sables, las pistolas y los
rostros de los héroes que dieron su vida por la libertad, es ahí donde descansa
esa herencia guerrera, porque en la memoria se ha perdido.
Recobrar esa memoria perdida, ese
ethos militar para que el neoleonés vuelva a ser el hombre libre con rifle en
mano dispuesto a defender su patria que alguna vez fueron sus antepasados, pero
mientras el pathos industrial avanza, matando todo el pasado, demoliendo,
destruyendo y saqueando, como una enfermedad consumiendo el cuerpo.
Junio 2022
Comments
Post a Comment