Por Fernando Trujillo
“La revolución legal y el revolucionario legal no existen. Donde
comienza la ley acaba la revolución.”
Ernst Niekisch
A escasos días del triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador como
presidente de la república, el día cinco de julio del presente año en una carta
difundida a través de su página Enlace Zapatista, el Subcomandante Galeana
(antes Subcomandante Marcos) define la posición de los zapatistas y afiliados
respecto al gobierno de AMLO.
Sin mencionar el nombre del virtual presidente, el vocero de la
organización remata su carta con estas palabras: “No,
nosotras, nosotros, zapatistas, NO nos sumamos a la campaña ‘por el bien de
todos, primero los huesos’. Podrán cambiar el capataz, los mayordomos y
caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo. Ergo”.
Duro y contundente se deja en claro que el EZLN y organizaciones afines
no pactaran con el nuevo gobierno, mostrando en sus palabras y en su posición
una fidelidad a sus principios.
Se puede estar o no de acuerdo con el movimiento zapatista
(personalmente yo no lo estoy) pero su posicionamiento inicial respecto al
nuevo gobierno resulta admirable y es que en las pasadas elecciones los
estudiantes, los “librepensadores”, los movimientos de izquierda hicieron filas
para apoyar a AMLO.
Las críticas a la posición de la organización no se hicieron esperar en
redes sociales, desde las acusaciones de ser infiltrados del gobierno, de estar
“pasados de moda”, hasta los insultos de índole racial hacia su condición de
indígenas—misma situación sufrió la candidata Marichuy en su momento—mostrando
que las masas no tienen criterio propio y los supuestos revolucionarios
prefirieron apoyar a los políticos que a los hombres que combaten en la selva.
La historia del EZLN contra el gobierno mexicano incluye el
levantamiento armado zapatista, una historia de abuso de las autoridades,
secuestro y tortura de sus partidarios así como de represión con violencia que
incluyen la matanza de Acteal ocurrida en 1997 y los disturbios de San Salvador
Atenco ocurridos en el año 2006, comprensible que no vean con buenos ojos a
otro partido en el poder perpetuando el mismo sistema.
El EZLN ha seguido el camino de la revolución y este camino es
antagónico al camino de la legalidad que han seguido AMLO y sus partidarios.
Es aquí donde entra la figura del guerrillero o partisano, el tipo de
hombre que se enfrenta al Sistema o Mundo Burgués, el hombre que se rige bajo
sus propios principios de forma autónoma sin claudicar.
El guerrillero puede ser de derecha o izquierda, puede ser de cualquier
ideología y religión, oriental u occidental, que escoge el camino de la
violencia por un Ideal superior por el cual vivir y morir.
Es irónico como los partidarios de AMLO se burlan de los zapatistas
mientras muchos de ellos reivindican a figuras como el Che Guevara o Emiliano
Zapata en que encarnaron la figura del guerrillero (se esté o no de acuerdo con
sus principios) en playeras o compartiendo frases suyas en redes sociales,
ninguno de ellos prefirió la vida cómoda burguesa y ambos murieron peleando.
Para entender la figura del partisano es necesario leer a Carl Schmitt
en su Teoría del Guerrillero, politólogo y miembro de la Revolución
Conservadora Alemana en donde se habla de todos los aspectos políticos y
jurídicos que componen al guerrillero.
Schmitt explica que el guerrillero necesita de la legitimidad de su
causa para mantenerse en la esfera de lo político y no caer en la criminalidad,
esta legitimidad es un principio superior a la mera legalidad del Estado
Burgués.
El guerrillero tiene a su lado la legitimidad de su causa, el Estado
tiene la legalidad de sus leyes y su constitución, en el mundo globalizado las
actuales democracias occidentales son constituidas en un Estado Total donde
todo está bajo control, en donde todo aspecto de la vida (arte, ciencia,
religión, etc.) está sujeto a la política, estados policiales escondidos bajo
una aparente atmosfera de libertad.
Schmitt explica: “El gobierno
legal decide quién es el enemigo al que la fuerza armada debe combatir. Si
alguien se arroga la facultad de designar al enemigo y no se subordina a la
decisión que al respecto ha tomado el gobierno legal hasta ese momento, ese
alguien demostrara que tiene la pretensión de tomar para si una legalidad propia
y nueva.”
Entonces para el guerrillero no hay cabida para la legalidad, por lo
menos no la legalidad burguesa.
Entre el guerrillero y el Estado hay una enemistad absoluta, el Estado
se ha convertido en instrumento de los partidos para ejercer un control
absoluto sobre los individuos y dentro de este control los Ideales del
guerrillero son criminalizados.
Podemos poner dentro de este contexto como ejemplo al IRA que (se esté
de acuerdo o no con sus ideales repito) ha luchado por mucho tiempo contra el
gobierno británico por la independencia y soberanía de Irlanda.
El IRA ha tenido diversas divisiones, comenzando como el ejército
legítimo de la Republica Irlandesa en 1916, el IRA provisional que durante las
décadas de los setenta, ochenta y noventa se enfocó en la lucha paramilitar
hasta su cese al fuego en 2005, pasando por el Nuevo IRA formado en 2012.
Los ideales del IRA son la expulsión de la gestión de Reino Unido sobre
Irlanda, la primacía de la fe católica como propia del pueblo irlandés, ideales
que dentro del contexto de Schmitt les dan una legitimidad que los mantiene
dentro de la esfera política, el Nuevo IRA ha emprendido acciones justicieras,
peleando contra el narcotráfico en las calles y las bandas criminales.
Otro ejemplo de partisanos puede ser encontrado en el movimiento
nacional bolchevique del poeta ruso Eduard Limonov, partido revolucionario que
ondeaba simbología comunista y nacionalista en una superación de todas las
ideologías y que fue ilegalizado por el gobierno ruso.
Limonov es en sí un personaje inclasificable del que se pueden escribir
diferentes ensayos, pero representaba el espíritu del partisano en el mundo
moderno (en la misma sintonía que lo fue muchos años atrás el poeta italiano
Gabriele D’Annunzio), podría citar más ejemplos, pero creo que he sido claro.
Revolución y legalidad son términos antagónicos, tanto el revolucionario
como el Estado quien ostenta la propiedad de lo legal sostienen una enemistad
absoluta, no es extraño entonces que los zapatistas se hayan negado a colaborar
hasta el momento con AMLO.
El triunfo del actual sistema político es que ya no tiene una juventud
contestataria, revolucionaria, inconforme, sino una juventud que participa
meramente en la política a través del voto o redes sociales, conformista con el
sistema político actual y sin un ímpetu revolucionario.
Con MORENA en el poder todos esos jóvenes que tanto criticaban al
priismo, a Peña Nieto, al sistema político se quedara callada o tratando de
justificar cualquier injusticia que el partido en turno cometa bajo la premisa
que es un sabotaje de algún enemigo desconocido (los gringos, la Mafia del
poder, etc.), les han dado al candidato que quería y el “cambio” que necesitaban
para mantenerlos contentos.
El problema no es AMLO, no es MORENA, ni siquiera lo fueron el PRI y el
PAN en su momento, el problema es la partidocracia, el Estado Burgués que
permite toda la corrupción y el ascenso de individuos deplorables en el poder.
En este contexto cabe resaltar la figura del italiano Franco Freda (del
cual dedique un artículo para Operación Marte), el cual cumple con los
lineamientos del guerrillero de Schmitt, Freda no quería ninguna tregua ni
actuar dentro de la legalidad, sino la desintegración del Estado Burgués.
Por sus ideas Freda ha sido encarcelado, perseguido jurídicamente dentro
de la legalidad del Estado y es que en el hoy de casi ochenta años
revolucionario inclasificable es una figura incomoda dentro del sistema político
actual.
En una entrevista Freda deja en claro su posición respecto a las figuras
legales del Estado: “Combatir a un
régimen quiere decir ajusticiar a sus magistrados”
Una postura radical y de enemistad absoluta de la cual carecen los
jóvenes participativos en política que buscan un México mejor dentro del marco
de la legalidad de un Estado corrupto.
Julio 2018
Referencias
Mandujano, Isain (6 de julio de 2018). El EZLN pone distancia con AMLO:
podrá cambiar el capataz pero el finquero sigue siendo el mismo. Recuperado de https://www.proceso.com.mx/541872/el-ezln-pone-distancia-con-amlo-podra-cambiar-el-capataz-pero-el-finquero-sigue-siendo-el-mismo
Open Revolt (24 de julio de 2012). Giorgio Freda: El revolucionario
inclasificable. Traducido por Félix W.
Recuperado de https://adversariometapolitico.wordpress.com/2012/07/24/giorgio-freda-el-revolucionario-inclasificable/
Schmitt, Carl (1962). Teoría del Guerrillero. Recuperado de http://www.librosprohibidos.ml/2016/12/teoria-del-guerrillero-carl-schmitt.html
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