Por Fernando Trujillo
Llego la temporada
navideña, llego el invierno y con ello llegaron las celebraciones, las
vacaciones y el espíritu de la época. Para algunos es una época de
mercantilismo descarado, otros ignoran este hecho para celebrarla, para pasar
tiempo con la familia. Es la época de los villancicos, el pavo, el pino
navideño y por supuesto es la época de Santa Claus.
El personaje de Santa
Claus lleva años existiendo en el folklor navideño pero su imagen más
reconocida es de hecho moderna, una creación de la compañía Coca-Cola para esta
temporada. Es una historia que todos conocen y que no vale la pena contarla por
enésima vez. La temporada navideña tiene su propia mitología, sus propios
personajes como Papa Noel y también sus propios monstruos.
El más notable de
ellos el Krampus, un ser que castigaba a los niños que se portaron mal durante
el año. Lejos de ser un enemigo de Santa Claus era su complemento, Santa
recompensaba con regalos a los niños buenos mientras que Krampus los castigaba.
Las noches del 5 y 6
de diciembre son conocidas en Austria como Krampusnatch (Noche del Krampus), en
las que este ser al lado de Papa Noel recorren las calles agitando cadenas
oxidadas y haciendo sonar campanas para advertir de su llegada y aterrorizar a
los niños.
El Krampus metía en
su cesto a todos los niños que fueron groseros, malos o traviesos para
llevarlos al infierno, azotarlos y en la noche de Navidad comérselos vivos.
Esta tradición
continúa celebrándose hasta en la actualidad con jóvenes vestidos como el
Krampus asustando a los niños y azotando las cadenas. Es interesante ver como
Papa Noel acompañaba a este ser—su gemelo oscuro—en su recorrido. Así mientras
Santa trae alegría, su contraparte trae terror.
Tanto Santa como
Krampus son dos figuras representativas de la temporada, dos figuras que a
veces se vuelven una, en algunas regiones de Europa del este a los niños se les
advierte que si no se portan bien Santa vendría a comérselos.
Posiblemente sean una
misma deidad, el mismo dios del invierno en dos facetas diferentes como ser
benévolo e implacable castigador.
La figura de Santa
Claus toma rasgos del Odín de los nórdicos (en algunas tradiciones Odín trae
regalos a su gente en Yule), el Rey Sagrado de los celtas y el Padre Tiempo
Saturno-Cronos, dios al que se le dedicaban las saturnales romanas en esta
temporada. Este último dios es conocido por haber devorado a sus hijos mientras
que Odín no es una deidad bondadosa, tiene rasgos de Trickster y suele tomar
disfraces para engañar a dioses y mortales, uno de ellos puede ser Santa Claus
y de Krampus.
Con el tiempo y la
hipócrita corrección política la figura del Krampus fue borrada y el Santa
devorador de niños malos fue siendo ignorada, en lugar de eso tradicionalmente
se les dice ahora a los niños que Santa solo trae carbón a los niños que se
portaron mal.
Pero fuera del
conocido Krampus, la temporada navideña tiene su propio bestiario de seres
espeluznantes.
En las tierras de
Finlandia encontramos a la figura de Joulupukki que literalmente significa
“Cabra de Navidad” que es una versión más primitiva y pagana de Santa Claus,
Joulupukki era una figura ataviada con pieles y cuernos que iba a las casas no
a dar regalos a los niños sino que a exigirlos como un tributo. Con el siglo XX
y la influencia norteamericana Joulupukki fue sufriendo una modificación siendo
una versión finlandesa del bondadoso personaje yanqui y olvidando sus raíces
primitivas. Existe una película de terror finlandesa que se centra en este
personaje llamada Rare Exports: A Christmas Tale.
En las mágicas tierras de Islandia, tierras de doncellas
rubias, trolles, gnomos y hadas encontramos una gran variedad de monstruos
navideños, empezando por Gryla la madre de los monstruos, un gigantesco troll
que tiene un hambre insaciable por la carne de niños y que cada navidad busca a
los niños desobedientes para devorarlos en su estofado.
Gryla tuve tres maridos de los cuales asesino a dos porque
estaba aburrida de ellos y con el tercero esposo el troll Leppaludi engendro
trece hijos los Jolasveiner otros monstruos navideños, trolles que en esta
temporada se dedican a hacer bromas pesadas, robar regalos, azotar puertas
cuando estén los niños durmiendo y robar alimentos.
Esta horrible familia tiene por mascota a Jolakottur el Gato
de Yule, si los griegos tienen en sus mitos a Cerbero el guardián del Hades,
los mitos nórdicos tienen a este maligno felino que resulta su homologo, se
trata de un gato negro gigante con ojos de fuego que se pasea por las noches en
busca de su presa favorita, estas son como ya habrán adivinado niños que no
vistan ropa nueva, el gato considera que si los niños no recibieron ropa nueva
es porque fueron mal portados todo el año y se los come.
En Alemania tenemos a Knecht Ruprecht traducido como el Peón
Ruperto, una figura similar al Krampus pero cristianizada, es el sirviente de
Papa Noel que viste con una túnica negra y puntiaguda, acompaña a su amo
montado en un caballo blanco y su labor es casi la misma que el Krampus,
castigar a los niños malos ya sea azotándolos o dándoles carbón como regalos.
Ruprecht también es el nombre con el que se conocía al diablo en la Alemania
del Medievo.
Es interesante ver cómo mientras Krampus es el gemelo oscuro
de Papa Noel, el Peón Ruperto es su sirviente, también es el diablo como una
alegoría cristiana: Dios (Papa Noel) premia a los buenos mientras que el diablo
(Knecht Ruprecht) los castiga.
Como mencione Knecht Ruprecht resulta una figura
cristianizada del Krampus, menos malvado y con una apariencia humana en
contraste con la salvaje y bestial apariencia del Krampus.
Similar a Knecht Ruprecht en Francia encontramos al Padre
Azotador o Le
Père Fouettard, apareció por primera vez en el año 1150, era un carnicero (o
posadero en algunas versiones) que con engaños rapto a tres niños a los mato y
destazo para devorarlos, antes de comerlos apareció el mismo San Nicolás que
resucito a los niños, tras esto se arrepiente y como penitencia por sus
crímenes se convierte en el sirviente de San Nicolás que le ordena azotar y
perseguir a los niños malos.
Estas dos figuras tienen sus variaciones como el
Belsnickel en algunas regiones de Alemania o Pedro el Negro en los Países Bajos
y Flandes, quien era el esclavo negro de Santa y que en la actualidad ha sido
acusado como un “estereotipo racista” por los muy “correctos” y buenistas
grupos de derechos humanos y liberales.
Todas estas figuras forman parte de la tradición
invernal, de antiguas historias que remontan a un pasado tribal y oscuro en la
que trolles, duendes traviesos, espíritus bondadosos y malvados vivían entre
los humanos.
El mismo Santa Claus es una variación del viejo dios
invernal Odín-Saturno-Abuelo Hielo-Rey Sagrado y si nos remontamos más en el
tiempo al viejo Dios Oso de los pueblos más primitivos, una figura salvaje, que
podía transformarse en hombre y mujer, una deidad que devoraba a los niños
perdidos, otras veces que se disfrazaba como humano para juntarse con los
mortales, otras veces actuaba como bufón o como dios de la fertilidad.
El Krampus, Knecht Ruprecht, el Padre Azotador y el
mismo Santa parecen variaciones del Hombre del Saco, el Coco, el Tío Saín, el
Sacamantecas y actualmente el personaje de creepypastas Slenderman, personajes
del folklor infantil que castigan con llevarse o comerse a los niños que no se
duermen temprano o se portan mal. Todos esos mitos no mueren sino que se van
transformando o se van camuflando, adoptando nuevas identidades, nuevas
mascaras para seguir entre nosotros.
A los niños ya no se les dice que el Krampus o el
Gato de Yule vendrán por ellos si se portan mal, esa corrección política y esa
pedagogía ridícula de querer sobreproteger a los niños de todo, mantenerlos
encerrados en “espacios seguros” imaginarios de cualquier cosa que pueda causar
miedo o ansiedad, al final tenemos a niños sin mitos, sin imaginación e
incapaces de enfrentar emociones tan humanas como el miedo o restringiendo su
imaginación a través de esa prisión mental llamada “espacio seguro”.
Claro a los actuales mercaderes no les conviene un
Santa que coma niños malos o un Krampus que castigue a los niños malcriados,
quieren un ambiente de felicidad artificial para generar un ambiente de
compras, más compras, espacios seguros, un Santa bonachón que les diga a los
niños malcriados y odiosos que les va a dar todo lo que ellos exigen (no piden,
exigen) solo porque son buenos y especiales, decirles que el Krampus vendrá por
ellos o que les traería carbón segura un daño psicológico y traumático o por lo
menos eso te diría un psicólogo infantil.
Pero la temporada navideña es una época de
celebración, de mitos, de bebida y comida, así como de felicidad y los viejos
trolles, espíritus y duendes están más vivos que nunca.
Mientras impera la corrección política y el
mercantilismo descarado, por las noches el Krampus y toda esa tropa de
monstruos navideños sale a las calles buscando a los niños malos a los cuales
castigar.
Sean buenos.
Diciembre 2017
Referencias.
Icelandisc terrors
https://scarylittlechristmas.wordpress.com/2013/12/23/icelandic-terrors/
“El diablo en la chimenea” por Robert Anton Wilson
http://lamanzanadoradaeris.blogspot.mx/2014/12/el-diablo-en-la-chimenea-por-raw.html
Top 7
Monstruos y demonios de la Navidad / RAPATUSTRA
https://www.youtube.com/watch?v=WLXrw8uhX0c
Los
monstruos de la Navidad
https://almaleonor.wordpress.com/2014/12/24/los-monstruos-de-la-navidad/
Comments
Post a Comment