Por
Fernando Trujillo
El mito del vampiro ha sido un tema fascinante en el
mundo literario y en general en cada aspecto de la cultura popular. Desde los
vampiros de la literatura gotica-romantica de principios del siglo XIX hasta
los modernos y atractivos vampiros adolescentes que el cine y la televisión han
explotado hasta el hartazgo pero no voy a hablar de toda la historia de la
cultura vampírica hasta nuestros días.
La figura del vampiro paso de ser una alimaña, una
representación del mal y la oscuridad a ser un adolescente metrosexual
insoportablemente melancólico y no lector, Stephanie Mayer y su aborto llamado Crepúsculo no tienen la culpa sino Anne
Rice y sus Crónicas vampíricas con sus vampiros masoquistas, romanticones,
llenos de culpa y sus tediosas descripciones de épocas, lugares y platicas. El
vampiro pasó de ser una criatura sedienta de sangre a solo ser una criatura
incomprendida, llorona y atractiva, un gancho para una generación de niños emos
y adolescentes tontas.
Pero hubo una autora que recreo el mito del vampiro de
una forma cruda, violenta y sobre todo sumamente oscura; Poppy Z Brite.
En el año de 1992 publica su novela Lost Souls, traducida al mundo de habla
hispana como El alma del vampiro, una
novela desarrollada en parte en la meca del mundo vampírico, la ciudad de Nueva
Orleans pero la señorita Brite se brincó todos los tópicos y clichés de la
literatura de vampiros que había puesto en marcha Anne Rice y que actualmente son
usados hasta el tedio.
Se podría decir que Brite es la antítesis del estilo
ñoño de Rice, pues como veremos sus vampiros difieren por completo de los
elegantes y sofisticados chupasangre de esta autora.
Las tres novelas de terror de Poppy Z Brite (actualmente
tras su cambio de sexo Bill Martin) fueron publicados por la ya extinta
editorial española La Factoría de Ideas, fueron publicados el trabajo arriba
mencionado, la novela La llamada de la
sangre y El arte mas intimo esta
ultima una controversial obra sobre asesinos seriales, homosexualidad y mucho
gore. Actualmente permanece retirada del mundo literario.
Mencione que Brite sería la antítesis de autoras como
Anne Rice, Stephanie Meyer y Chritine Feehan y toda esa literatura basura y
totalmente cursi. Porque en la novela de Brite no encontraremos hermosos
paisajes, descripciones elegantes de tierra europeas, los vampiros de Brite se
mueven en la América Profunda, las descripciones serán barrios marginales,
caminos oscuros donde acechan locos, drogadictos y depredadores sexuales,
pueblos rednecks, bares de mala muerte poblados de personajes sórdidos y
viciosos.
Los vampiros de Brite son una raza aparte de la
humana—idea similar a la de la novela El
Ansia de Whitley Strieber, adaptada brillantemente a una película con
Catherine Deneuve, Susan Sarandon y David Bowie—una raza inmortal, cuyo
nacimiento marca la muerte de la madre, los vampiros son hermosos si pero
también depravados, crueles, adictos al sexo y a la música punk, no visten de
forma elegante, ni de ningún siglo pasado sino con chamarras negras, pantalones
rotos y ropas negras.
La historia comienza en un bar de Nueva Orleans donde
trabaja Christian un viejo vampiro y al que asiste Jessy una adolescente gótica
con fascinación por los vampiros, una noche tres vampiros llegan y el líder de
ellos Zillah atrae a la joven, en una juerga de alcohol y excesos sostienen
relaciones y la joven queda embarazada, los vampiros parten sin enterarse de su
condición, posteriormente Jessy muere al dar a luz un niño al que Christian
pone el nombre de Nada (si escucharon bien) y da el niño en adopción.
La historia se traslada quince años después con Nada
(llamado Jason por sus padres adoptivos) como un adolescente gótico que deja el
hogar de sus padres en busca de su identidad. Paralelamente se relata la
historia del grupo Lost Souls, dos jóvenes que viven en el pueblo ficticio de
Missing Lane en Carolina del Norte, la banda la conforman Fantasma (si así se
llama) un joven hermoso que tiene habilidades psíquicas como la capacidad de
ver a los muertos, predecir cosas y tener sensaciones, por otro lado su mejor
amigo Steve es un alcohólico de temperamento violento que atraviesa problemas
con su novia Anne.
Cabe decir que Steve y Fantasma son personajes
recurrentes en otros relatos de Brite, un casete de su banda será lo que lleve
a Nada a abandonar la vida en los suburbios y emprender en viaje para conocer a
la banda, lo que lo reunirá con su verdadera familia.
Estamos ante una verdadera novela gótica, que
equilibra los tópicos de las novelas de vampiros con escenarios marginales,
referencias al punk, el post punk y el gótico, escenas sórdidas, llenas de gore
y sexo.
En la novela el sexo juega un papel fundamental pero
lejos de las escenas sugestivas de las novelas de Rice e imitadoras (que llegan
al extremo de insoportables), aquí el sexo es descriptivo y desprovisto del
romance de las novelas juveniles de vampiros. Aquí no encontraremos cariño,
amor, ternura sino lujuria desenfrenada, sexo indiferente, en la novela abundan
descripciones de sexo homosexual, sexo oral entre hombres, solo hay dos escenas
heterosexuales, una al principio y otra que se trata de una violación.
Esto contrasta con la literatura cliché para
adolescentes seudo-goticos que buscan un vampiro romántico y misterioso, en el
mundo de Brite si te enamoras de un vampiro no esperes un amor cursi, espera
ser usado sexualmente, sodomizado y posiblemente siendo asesinado cruelmente en
un festín sangriento.
El personaje de Zillah es la antítesis de Edward,
Louis y Lestat, no siente culpa ni reflexiona sobre su condición de inmortal,
no relata sus memorias de forma pomposa para aburrir al lector, todo eso le
vale, disfruta de su vida vampira viviendo en los caminos, de fiesta,
asesinando y con sexo desenfrenado, es un vampiro andrógino de ojos verdes, es
un ser cruel, indiferente ante los demás y capaz de actos sanguinarios, no es
ningún héroe, ni siquiera anti-héroe, es un depredador, que busca a sus víctimas
y las asesina para saciar su sed, que busca a mujeres y hombres para satisfacer
su propia lujuria.
Zillah y Nada sostendrán una relación sexual aun a
sabiendas de que son padre e hijo, siendo este romance incestuoso otro
rompimiento con la narrativa de vampiros actual, la forma de su relación es muy
libre, muy descriptiva, tanto que el lector no sabrá si sentir asco o asombro.
Porque los vampiros al final son animales, criaturas
que actúan por instinto, asesinos a sangre fría, capaces de la violación y el
incesto y otras abominaciones (en un punto de la novela Zillah habla
abiertamente de comerse a uno de sus bebes). Brite recreo el mito del vampiro,
dando un nuevo tipo de vampiro pero conservando esa parte bestial y cruel del
que es el vampiro original.
Hacen falta autoras como Brite y libros como El alma del vampiro, hace falta esa
transgresión y rompimiento de los clichés en la literatura de terror, es una
verdadera lástima que la editorial Factoría de Ideas haya quebrado, esperemos
pronto una nueva editorial se aventure a publicar la novela.
Posiblemente es mejor que no todos conozcan este
libro, la literatura de la señora Brite (o señor Martin) no es para todos los
gustos y francamente es mejor de esa manera. A veces (muchas veces mejor dicho)
los mejores autores de terror son los que permanecen ocultos.
Los vampiros de Brite son bestias, seres de la
oscuridad distanciados de la condición humana, hacen falta este tipo de
monstruos en una cultura acostumbrada a los monstruos incomprendidos y tiernos
que tanto el cine como la cultura pop en general nos han dado (gracias Tim
Burton), regresar al monstruo a su posición original y quitarle toda esa ñoñez.
Los vampiros de Brite son un regreso a este origen.
Mientras
escribía este articulo estuve escuchando a Bauhaus con Bela Lugosi’s Dead y su
álbum Mask. Sugiera que quien lo escuche.
Octubre 2017
Publicado originalmente en Operación Marte el 18 de octubre de 2017
Precisamente acabo de terminar El alma del vampiro y me encuentro con este artículo. Muy de acuerdo en general contigo (quizá yo no le habría atizado tanto a Anne Rice jajaja), este tipo de vampiros son los que me gustan. Quizá incluso los prefiero del tipo El misterio de Salem's Lot, pero ese es otro tema, el caso es que el vampiro nunca debió abandonar ese mundo lujurioso de sangre y brutalidad indiferente. Voy a esperar un poquito leyendo otra cosa (ya me pasó con El arte más íntimo: Brite escribe como Dios, pero sólo lo tolero en pequeñas dosis) y le entraré a la segunda parte. Un saludo.
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