-No te alejes de tus símbolos- me dijo el brujo. Y pensar que un psicólogo jamás me hubiera dicho eso (salvo mi amigo JPRF, que es jünguiano y de los buenos).
Y hoy de la nada encontré la bandera. Me la regaló un camarada en Madrid, hace ya unos años. La creía perdida. No contaré todo lo que me pasó para llegar a perderla. No vale la pena y la verdad, hasta me da vergüenza contarlo. Es una bandera negra con un sol negro en rojo. La tuve colgada en un departamento espantoso cuando me creía morir. Luego quedó en una bolsa dentro de un galpón, junto a otras cosas olvidadas en alguna de mis mudanzas sucesivas de estos últimos años. Hoy me reencontré con ella.
-No te alejes de tus símbolos- me dijo el brujo. Un brujo del linaje de los brujos criollos, que los hubo siempre, los hay y los habrá.
Lavé la bandera y hoy mismo la colgaré a la cabecera de mi cama. Me gustaría hacérselo saber al brujo y al camarada que me la regaló. Pero no sé nada de ellos desde hace tiempo.
No te alejes de tus símbolos hermano/a. Ellos están allí desde antes, desde mucho antes que los profetas del desierto predicaran sus extrañas doctrinas. Un día esos símbolos te salvarán la vida, o al menos te harán entrar al mundo al que perteneces. Y eso no tiene precio, aunque muchos que dicen ser tus camaradas no lo puedan comprender.
Juan Pablo Vitali.
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