Por
Fernando Trujillo
La relación entre el tradicionalismo y el fascismo
siempre ha sido ambigua, tanto sus seguidores como sus detractores han
relacionado a los movimientos fascistas con la defensa del conservadurismo y
las tradiciones de un pueblo, esto es verdadero pero no como muchos piensan.
Muchos movimientos nacionalistas en la actualidad
toman las ideas de Evola y Guenon como estandarte frente a los valores
globalizadores, así las ideas de revuelta contra el mundo moderno, la búsqueda
de una espiritualidad ancestral frente al ateísmo posmoderno, los valores de
virilidad, aristocracia guerrera y de un nuevo Imperio forman parte del ideario
de muchos nacionalistas pero tanto Evola como Guenon nunca fueron parte de un
movimiento fascista, el primero los critico duramente, Evola pese a su
participación en el fascismo fue un duro crítico con muchas de sus ideas
principales, los ataques de Evola iban hacia el racismo científico del Tercer
Reich, el wagnerianismo (acusado de decadente), los movimientos de masas de
ambos partidos y hacia la socialización fascista de la Republica de Salo, en su
momento Evola y sus seguidores han acusado a los nacionalismos de ser
movimientos modernos.
En cierta manera no estaban equivocados, partamos
antes que nada que el fascismo nace de la concepción estado-nación, idea que
nació a partir de la revolución francesa y que destruyo la idea de reino y de
monarquía absoluta que había regido Europa hasta el momento. Esta fue una de
las principales críticas que Evola realizo en su momento, así los fascismos
nacen de una idea secular y por lo tanto moderna.
Muchas de estas críticas son exploradas en el libro El fascismo visto desde la derecha donde
Evola escribe contra las ideas raciales, el cesarismo y el populismo. Todas
ellas ideas bases de los fascismos.
Mientras el fascismo italiano, el Tercer Reich y otros
movimientos defendían la separación iglesia-estado (aunque más tarde aplacaran
su anti-clericalismo por cuestiones politicos), los únicos fascismos que tenían
la religión como principal base fueron la Guardia de Hierro de Codreanu, el
rexismo de Degrelle y el movimiento Ustacha de Pavelic. El primero era admirado
por Evola que hasta conoció personalmente al capitán Codreanu en una visita a
Rumania.
Por lo demás ni Mussolini ni Hitler fueron hombres
estrictamente apegados a un tradicionalismo, el primero fue un ateo practicante
que únicamente se convirtió al catolicismo por razones políticas, mientras que
Hitler manifiesto su catolicismo toda su vida (por lo menos en público, en
privado son conocidas sus críticas al cristianismo) pero eso no le impidió ser
un revolucionario, rechazo restaurar la monarquía Hohenzollern y las viejas
ideas aristocráticas (una aristocracia aburguesada), lo que le hizo ganar el
rechazo de los conservadores, quienes años más tarde de su llegada al poder intentarían
asesinarlo en la Operación Valkiria.
El fascismo nunca fue tradicionalista per se, fue un
movimiento que aposto por la juventud, la innovación, la técnica, la
destrucción de un viejo mundo y la creación de un nuevo orden.
El fascismo como ideología nace después de la Primera
Guerra, cuando los viejos imperios han sido desintegrados por las democracias
vencedoras y en la Rusia zarista el comunismo triunfo, frente a un mundo en
ruinas y la amenaza bolchevique comienza a gestarse grupos y movimientos que
buscan crear un nuevo mundo y una defensa ante las ideas democráticas y
comunistas.
En medio de este caos aparecen en Italia los que
podríamos considerar los padres espirituales del fascismo; Gabriele D’Annunzio
y Filipo Tommaso Marinetti.
Ninguno de ellos era un tradicionalista, ninguno
añoraba una “época mejor”, ninguno buscaba recrear el viejo orden, ambos eran
hombres que vieron hacia el futuro en lugar de añorar una época dorada.
Gabriele D’Annunzio, novelista reconocido, aventurero,
aviador, poeta, mujeriego, dandy, a sus casi sesenta años peleo en la guerra,
clamando poesías que engrandecían el heroísmo, la guerra total, la acción
frente a la pasividad y la burguesía.
En 1919 D’Annunzio junto a los Arditi invadieron y
tomaron la ciudad de Fiume, el régimen del poeta estableció una comunicación
directa entre el pueblo y su líder a través de plebiscitos, el arte fue el
fundamento del nuevo estado, los uniformes negros, el culto a la juventud y a
la marcialidad, todo estaba ahí antes de Mussolini y Hitler.
Marinetti por otro lado fue el fundador del Futurismo,
movimiento artístico que pregonaba la destrucción de lo viejo (las
universidades, los museos, etc.), la velocidad, la técnica, la acción, la
violencia y la guerra como única higiene por el mundo. El futurismo rechazo el
arte paisajista, las viejas formas artísticas adoptando un tono caótico,
figuras sin forma, una exaltación de la guerra y la máquina, fue una revuelta
contra el viejo arte.
Si bien el futurismo fue catalogado como arte degenerado por el Tercer Reich
muchos futuristas fueron adeptos del fascismo, de ese culto a la técnica y a la
guerra, sobre todo rechazaron las viejas formas artísticas y de pensamiento.
Así tanto D’Annunzio como Marinetti rechazaron un
viejo tradicionalismo decimonico por una nueva visión, avanzando hacia el
futuro y sobre todo hacia la técnica.
Marinetti exclamaba: “Un auto de carreras con su capo adornado con grandes tubos parecidos a
serpientes de aliento explosivo…...un automóvil rugiente que parece que corre
sobre metralla es más bello que la Victoria de Samotracia”
El futurismo padre del fascismo no busco nunca una
veneración por un pasado utópico, sino avanzar adelante, destruir lo viejo para
dar nacimiento a lo nuevo.
El fascismo siempre aposto por la técnica y la
innovación, el culto a la tecnología y a la juventud son parte de su ideario.
El Tercer Reich construyo grandes máquinas de guerra como la fuerza aérea de la
Luftwaffe, además de construir el mejor auto del siglo XX: el Volkswagen.
Los fascismos si bien apostaron por lo nuevo no
necesariamente odiaban las viejas tradiciones ni los valores de una nación, al contrario,
estos fueron su base, creando una síntesis entre la identidad nacional y lo
nuevo.
Los valores de familia, honor, comunidad fueron una
base de estos movimientos, pero bajo una nueva óptica, un pueblo sin una
familia y sin una fe se desmoronaría, por lo tanto, los fascismos fueron una
reconciliación entre los valores de la comunidad y la esencia fáustica de sus
movimientos.
La técnica fue puesta en favor de la comunidad, tanto
para mejorar sus condiciones de vida como puestas en favor de defenderla de
potencias extranjeras. La Primera Guerra fue el fin del viejo estilo de la
guerra y comenzó con la guerra total, la movilización total, la unión entre la
técnica y lo humano al servicio de la guerra, la creación del mejor armamento,
la formación de máquinas de guerra al servicio de la comunidad.
Esta síntesis esta mejor expuesta en el libro Arqueofuturismo de Guillaume Faye, una
síntesis entre los mejor del pasado y el presente para avanzar hacia adelante.
La veneración obsesiva por un pasado romántico resulta
obsoleto, el querer un nuevo Medievo resulta absurdo y el rechazo absoluto a la
tecnología un sinsentido. Gracias a los avances tecnológicos estoy escribiendo
mis artículos a través una laptop, podemos descargar libros en PDF, tenemos
formas de comunicarnos con personas con ideas similares a través del mundo.
Esto por supuesto no significa apoyar las ideologías
globalistas y ajenas a la comunidad, las modas productos del pensamiento posmoderno
y contrario a los valores de un pueblo no tienen nada que ver con la inventiva
humana, con ese instinto por crear y conquistar, sino al contrario son su
antítesis.
El que un montón de imbéciles le den un mal uso a la
tecnología compartiendo videos estúpidos en redes sociales o subiendo
compulsivamente a su Instagram sus fotos de lo que comieron ese día es la
antítesis de la técnica. La tecnología es benéfica a la comunidad cuando está
en las manos adecuadas.
Un ejemplo de esta antítesis de la tecnología la
encontramos en Japón donde los avances tecnológicos están hechos para
satisfacer los fetiches sexuales de un pueblo degenerado, creando robots y
muñecas sexuales animadas.
Los valores eternos son los que deben conservarse, los
que deben defenderse, los valores morales de una época determinada son los que
deben superarse. Tal fue el camino que los fascismos tomaron.
¿Fue el fascismo tradicionalista? No lo fue, defiende
las tradiciones que son el alma de un pueblo, los valores eternos pero no es un
movimiento viejo sino una que se mantiene joven. Existe una distancia entre el
pensamiento evoliano y el pensamiento fascista, si bien ambos tienen puntos en
común son muy diferentes.
En todo caso fueron los tradicionalistas quienes al
final traicionaron a los fascistas, la Operación Valkiria fue perpetrada por la
vieja aristocracia prusiana, Mussolini fue traicionado por el rey, el clero y
la burguesía, entre las facciones de partisanos que pelearon contra el fascismo
se encontraba una facción de monarquitas y católicos conservadores.
Franco traiciono y sepulto las ideas de la Falange al
apoderarse de ella, el carácter obrero y revolucionario fueron enterrados en
favor del clero y la burguesía española. Un hecho denunciado por Giménez
Caballero y Manuel Hedilla.
En Vive
peligrosamente las memorias de Otto Skorzeny, el mismo Mussolini se lamenta
no haber abolido la monarquía desde un inicio de su gobierno.
Los nobles, los curas y los burgueses fueron el virus
interno dentro de los fascismos que lo contaminaron y lo destruyeron desde
dentro.
Mientras que Lenin y Stalin aniquilaron a los
representantes del viejo orden tradicionalistas en sus purgas, los
representantes del fascismo pactaron con ellos, por eso el fascismo fue
derrotado en mil novecientos cuarenta y cinco, mientras que el comunismo ruso perduro
hasta los años noventa.
La derecha conservadora fue enemiga del fascismo y de
su ideal de un Nuevo Orden. Lo seguirá siendo de cualquier movimiento
revolucionario, arqueofuturista y nacional que busque una nueva visión.
El mundo en el siglo XXI es viejo, el viejo orden
permanece en el poder, se necesita de esa juventud, de ese fuego y de ese
espíritu futurista para destruirlo y crear un mundo nuevo que reconcilie la
tecnología y lo nuevo con los valores eternos.
Febrero 2017
Revisado en abril de 2021
Publicado por primera vez en http://imaginacionalpoder77.blogspot.com/2017/02/es-tradicionalista-el-fascismo.html
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