Por
Fernando Trujillo
Los buenos mexicanos fueron los vencidos, tal
vez en vez de llamarlos mexicanos debo llamarlos novohispanos porque ellos
lucharon por un espíritu y Tradición Novohispana pero es una cuestión de
términos que no profundizare ahora.
Nuestra historia oficial es una mentira
escrita por los vencedores, ya ahonde en estos temas en artículos pasados y hay
diferentes historiadores que han escrito sobre estos temas.
La celebración del así llamado “mes patrio”
son una farsa que refuerzan el pensamiento oficialista y están hechas para
siempre recordarnos cuál es la verdad, su distorsión de la verdad y nada más.
Todos los países, imperios, reinos, tribus
tienen una fecha de caducidad y más los estados-iluministas de Iberoamérica,
estados inestables y con falta de identidad desde su fundación hasta nuestros
días.
Hubo buenos mexicanos pero estos fueron los
vencidos, el primero sería Agustín de Iturbide, libertador de México y primer
emperador, traicionado y fusilado por los suyos. Así es como inicio nuestro ya
muerto país.
La muerte de Iturbide y el fin del breve
primer imperio dio paso a una serie de golpes de estado, traiciones, guerras
civiles y guerras con el exterior. Pero la muerte de México llego en 1867 con
la derrota del Segundo Imperio.
México tuvo breves momentos de gloria, la
guerra con los Estados Unidos fue uno de ellos cuando los políticos hacían
tratos en secreto, los soldados peleaban en el frente sin saber que eran
traicionados.
La gesta de los así llamados Niños Héroes pero
la historia oficial solo recuerda a unos pocos escogidos, en Chapultepec lucho
un mexicano ejemplar llamado Miguel Miramón y a su lado estuvo otro buen
mexicano Manuel Arellano más tarde orador y artillero del Segundo Imperio.
La lucha lado al lado entre los ejércitos
mexicanos y el Batallón de San Patricio en la Batalla de Monterrey, peleando
por un principio más trascendente que una bandera. La Primera Batalla de
Tabasco, una de las pocas victorias que tuvo el bando nacional sobre los
invasores y que estuvo liderada por el teniente coronel yucateco Juan Bautista
Traconis, uno de los militares más importantes de nuestra historia y relegado
al olvido por su apoyo al Imperio de Maximiliano.
Los buenos mexicanos fueron derrotados, los
traidores se sentaron en la mesa con los invasores a hacer sus propios tratos.
Monterrey fue ocupada por los invasores que
cometieron atrocidades con la población civil, asesinatos, torturas,
violaciones, algo que más tarde practicarían con sus propios hermanos de sangre
los Confederados años después.
En medio de la ocupación surgió la guerrilla en
la que se destacó un neoleonés ejemplar Antonio Canales Rosillo, patriota
regiomontano, bravo guerrero que acosaba las tropas norteamericanas y saqueando
sus cargamentos. Canales fue apodado “el Zorro de Chaparral” y fue una posible
inspiración para el personaje pulp del Zorro.
Las luchas que continuaron después antes del
Segundo Imperio fue la lucha entre dos Cosmovisiones: el mexicano Novohispano
representado por Miguel Miramón y el México liberal, republicano representado
por Juárez y sus aliados.
Miramón tuvo un breve periodo como presidente
pero fue posiblemente el mejor presidente que tuvimos, lucho por una patria
Novohispana, tradicionalista, soberana, lucho por hacer de un estado-iluminista
un imperio.
Los años del Segundo Imperio fueron años
gloriosos pero trágicos por el final que tuvieron, los buenos mexicanos como
Tomas Mejia, Joaquín Miramón hermano de Miguel y general injustamente olvidado
por la historia, el patriota neoleonés Santiago Vidaurri, el orador y artillero
Manuel Arellano, el campechano Pedro Escudero y Echanove Ministro de Justicia
del Emperador, el general Ramón Méndez, el general yucateco Francisco Cantón
Rosado. Muchos nombres, muchos buenos mexicanos luchando por un ideal más allá
de cualquier república.
El final del Imperio fue la muerte definitiva
de México, los buenos patriotas fueron fusilados, asesinados, exiliados durante
lo que quedo del juarismo. Vidaurri fusilado por Porfirio Díaz, Joaquín Miramón
asesinado por el cobarde criminal de guerra Mariano Escobedo, el triunfo del
juarismo es el triunfo republicano, masónico, la vil putrefacción que gangreno
y destruyo todo lo bueno y noble que tuvo México.
Quedaron como “héroes patrios” los criminales,
los peores seres humanos, la escoria más vil que pudo haber pisado esta tierra
y hasta la fecha sus herederos continúan en el poder.
Porfirio Díaz fue un continuador del juarismo
más vil, exploto y esclavizo a la población y consolido la oligarquía gobernante
y el sistema republicano.
Los buenos mexicanos murieron en el Cerro de
las Campanas, no obstante hubo algunos que todavía quedaron en pie más
adelante, los revolucionarios como Zapata en el Sur y Villa en el Norte, los
Flores Magon y su intento de volver Baja California una república independiente.
Villa tuvo un pensamiento anti-capitalista y
anti-comunista, peleo contra las fuerzas federales del Centro, intento expulsar
a los chinos de esta tierra, ejemplo que seguirían los Comité Pro-Raza, figura
muy distorsionada tanto por los historiadores de la izquierda como la derecha,
Villa permanece como un Mito para la gente del Norte.
Durante los años veinte y treinta surgieron
grupos y buenos hombres, los Camisas Doradas de Nicolás Rodríguez Carrasco, Junco,
Mena Brito, el Doctor Atl, José Ángel Espinosa, Salazar Mallen y Saturnino
Cedillo quien intentó derrocar el gobierno de Lázaro Cárdenas.
Nombres y héroes olvidados por el oficialismo
y es que en México continua triunfando el republicanismo juarista y sus
gobiernos sucesores.
La política y la cultura son propiamente
juaristas, construidas por los vencedores, el mes patrio, el natalicio de
Juárez, la celebración de la revolución mexicana, son imposiciones para
someternos culturalmente al sistema.
En la cultura a través de libros, películas,
televisión se siguen glorificando a Hidalgo, Juárez, la mal llamada
independencia y la muerte del Segundo Imperio.
Los “héroes patrios” tienen monumentos, calles
con sus nombres, libros dedicados a ellos, homenajes. Son símbolo de lo
putrefacto que es el estado mexicano.
Estoy con los Vencidos, su lucha fue más
gloriosa, sus ideales más altos, ellos representan al México que murió, todo lo
que vino después fue la decadencia.
Ellos lucharon por una identidad que hoy ya
solo es un recuerdo, por una Idea que ya no existe, este país que celebra su
histérica independencia no es el mío, no me representa, me quedo con la Patria
de los Vencidos.
En medio de celebraciones que incluyen mezcal
barato (esa asquerosa bebida tomada por mirreyes y hipsters que ha tenido mucho
auge últimamente), banderas republicanas hechas en China y el patrioterismo más
estúpido para glorificar su México, yo recuerdo a los últimos buenos mexicanos,
a Miramón y a los Vencidos, los que lucharon por un Ideal noble.
Uno siempre debe de estar del lado correcto no
del vencedor, mantener siempre sus ideales y sus principios frente a toda la
mierda de mundo.
Después de Juárez vinieron la oligarquía
política más ruin, los peores mexicanos, líderes populacheros, caudillos
bananeros, líderes sindicales oportunistas, una clase política ruin, escritores
mediocres y oportunistas, actores y directores de cine encargados de mostrar
las peores bajezas humanas. Todos dignos representantes del México liberal.
Los buenos mexicanos fueron traicionados,
fusilados, exiliados, olvidados por la cultura y la política. Solo quedaron los
hijos de puta.
Escrito en Septiembre 2018
Revisado en noviembre de 2020
Publicado por primera vez en http://imaginacionalpoder77.blogspot.com/2018/09/los-buenos-mexicanos.html
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