Por
Fernando Trujillo
El texto a continuación puede ser considerado una
continuación de mi artículo anterior Marxismo
y Marxismo cultural publicado en este mismo espacio, recomiendo
su lectura primero para poder comprender este. Aclarado esto podemos empezar.
El viernes veinte de enero de 2017 durante la toma de
protesta de Donald Trump como presidente de Estados Unidos se registraron
protestas masivas, actos de violencia y una mega marcha feminista el fin de
semana, no solo en USA sino en otras partes del así llamado primer mundo. Estas
protestas y esta marcha estuvieron encabezadas por celebridades de Hollywood
tales como Robert De Niro, Michael Moore y Mark Ruffalo, actrices y cantantes
marcharon con pancartas, gorros rosas, la cantante Madonna en un discurso
bromeo sobre poner una bomba en la Casa Blanca, todo por un berrinche de que no
ganara la candidata que ellos querían.
Toda la fauna posmoderna estuvo ahí con sus cafés de
Starbucks, subiendo sus fotos a Instagram, millenials acompañados de
celebridades de televisión, la actriz Melissa Benoist de la serie Supergirl tenía una pancarta en la que
retaba a Trump a sostenerle el coño, irónicamente cantantes como Madonna y Lady
Gaga que en toda su carrera artística han degradado a la mujer como objeto
sexual ahora enaltecían la causa del respeto a la mujer y contra el supuesto
sexismo imperado en uno de los países más feministas del mundo.
De pronto el velo islámico, considerado hace algunos
años por los liberales como símbolo de opresión de la mujer se volvió un
símbolo de resistencia, la imagen de la recién fallecida Carrie Fisher como la
Princesa Leia se volvió un símbolo de una resistencia pero ¿Resistencia a qué?
Ah ya me acorde, a un hombre al que llaman “nuevo Hitler”, un hombre casado con
una eslava y con una hija casada con un judío multimillonario.
A estas alturas ya no podemos hablar de izquierda
propiamente, esta izquierda de caviar se han alejado del proletariado, de la
clase trabajadora, está ocupada en buscar “espacios seguros” en Internet, en
acusar todo lo que le desagrade de racismo, homofobia, misoginia, etc. La
izquierda de caviar es un liberalismo cultural que se devora asi mismo, ahora
en los colegios estadounidenses se ha prohibido la lectura del libro Matar a un ruiseñor (libro considerado
hasta hace poco como una de las Biblias de los liberales americanos) por ser
considerado racista.
Puedo decir como señale en mis anteriores artículos
que existe una separación entre esta izquierda histérica conformada por
millenials, feministas y celebridades de Hollywood y la izquierda política y
nacionalista, ambas son diferentes entre sí y aunque la primera use símbolos y
personajes de la segunda como emblemas, son antagónicas.
Un error muy común en el que muchos caen es asociar
la izquierda al comunismo y la derecha al nacionalismo, Fascismo y Nacional
Socialismo, cada uno de estos regímenes tuvo una parte de derecha y un sector
de izquierda en lo político y económico.
Como explique en Marxismo
y Marxismo cultural el Fascismo de Mussolini fue una superación al
socialismo decimonico, pero posteriormente y con la toma del poder el Fascismo
italiano sufriría un aburguesamiento al relacionarse con la derecha monárquica,
un error que Mussolini más tarde lamento frente a su liberador Otto Skorzeny
(dicho en sus memorias “Vive peligrosamente”), en el clímax de la guerra y el
rescate del Duce se erige la Republica Social Italiana o Republica de Salo
durante la cual se aplicó ese socialismo fascista puro, en este gobierno
estuvieron el fascista Alessandro Pavolini y el antiguo fundador del partido
comunista italiano Nicola Bombacci quienes aplicaron la verdadera esencia de un
fascismo cercano a una izquierda nacionalista.
Muchos de los héroes de la izquierda histerica como
Castro, el Che, Allende y Sandino tuvieron ideas opuestas a ellos, en el caso
de este último, el líder nicaragüense ha sido usurpado y tergiversado por
comunistas y liberales hispanos, el verdadero Sandino fue un católico
ferviente, anticomunista y nacionalista.
Así mismo la revolución de Castro fue en un
principio una revolución nacional para derrocar el gobierno decadente de
Batista, lamentablemente Castro se pactó con el comunismo soviético y el gobierno
norteamericano tergiversando el sentido de la revolución y volviéndose un
satélite de la Unión Soviética.
Es irónico ver a los liberales admirando el
castrismo cuando su gobierno encarcelo homosexuales, realizo abortos forzados y
realizo ejecuciones de quienes quisieron desertar de la isla.
Salvador Allende figura venerada por los grupos de
liberales y asociaciones de derechos humanos fue homofóbico, antisemita y
racista, escribió una tesis llamada Higiene
mental y delincuencia donde apoyaba la eugenesia y sostenía que la
delincuencia era hereditaria. Esta tesis ha sido causa de espanto entre los
liberales quienes niegan que la haya escrito o han sostenido que fue
malinterpretada.
Es aquí donde se abre un camino y una diferencia entre
el liberalismo cultural y la vieja izquierda.
En 1973 Salvador Allende con AKA 43 en mano peleo
contra los militares golpistas hasta que se pegó un tiro a la cabeza mientras
que en principios de 2017 los millenials lloran a través de su iphone por que
no gano Hillary Clinton.
Este liberalismo cultural es solo una horda de niños
caprichosos, estrellas de Hollywood, feministas y oligarcas que ignoran y
desprecian a la clase obrera blanca (esa que es retratada en cine y televisión
como rednecks).
Allende y los montoneros argentinos pese a todas las
diferencias que se puedan tener por lo menos estaban del lado del pueblo, con
sus errores y aciertos defendieron al proletariado mientras que Pinochet y
Videla estaban del lado de las oligarquías, de Estados Unidos, de la burguesía.
Los primeros eran representantes de una izquierda nacional mientras que los
segundos eran representantes de la derecha yanqui.
Pinochet y Videla llevaron ejecuciones masivas que
entre las víctimas se llevó al músico Víctor Jara y al argentino Héctor German
Oesterheld guionista de tebeos y creador del Eternauta (un hito del comic
hispanoamericano), después de que su familia fue ejecutada fue uno de los
tantos desaparecidos de la dictadura de Videla.
Se debe decir que por lo menos Allende y los
montoneros tenían valor, eran luchadores mientras que los millenials, hipsters
y feministas que se encuentran dentro de las filas del liberalismo cultural
solo hablan de “espacios seguros” en la red y de que las palabras les ofenden.
Esta izquierda histérica o liberalismo cultural está financiado por
corporaciones como Starbucks, celebridades, bancos y grandes oligarcas como
George Soros, jamás serán o apoyaran al obrero.
El Nacional Socialismo alemán tuvo su ala izquierda
conformada por los hermanos Strasser quienes representaron la parte más
socialista y más violenta dentro del movimiento NS, posteriormente las
diferencias con Hitler y su creciente deseo de rebelión los llevo a ser
purgados del mismo en la Noche de los Cuchillos Largos.
Pero el Nacional Socialismo nunca fue de derecha
(entendiéndose por derecha, esa derecha neoliberal y rancia), tampoco fue de
esa izquierda asociada al comunismo sino de una genuina izquierda, si el
Nacional Socialismo fue de izquierda y si no me creen pueden leer el texto del
nacional socialista danés Povl Riis Knudsen quien escribió un ensayo llamado Nacional Socialismo, un Movimiento
Izquierdista.
Dice Knudsen en su ensayo:
“Mientras que el Marxismo comparte una filosofía igualitaria
básica con el Antiguo Orden y se define como un movimiento materialista
orientado a la mera redistribución de los bienes materiales, el
Nacionalsocialismo procura construir un completo Nuevo Orden basado en el
idealismo y en un respeto profundo por las leyes de la Naturaleza en todos los
aspectos de la vida. Ésta, definitivamente, es la idea más revolucionaria de
este siglo —¡y por ello bastante izquierdista!—, y ciertamente no es marxista.
Comparado con el Nacionalsocialismo, el marxismo no es sino una idea
pseudo-revolucionaria, inventada por el cristianismo y respaldada por la
democracia liberal”
El
Nacional Socialismo se separa del marxismo y el liberalismo para ser un
concepto revolucionario y sobre todo constructor de un nuevo mundo sobre las
cenizas del viejo.
Knudsen
ve el Nacional Socialismo como una revuelta total contra el viejo orden y las
ideas burguesas.
La
izquierda histérica jamás aceptara las ideas fascistas y nacional socialistas,
ellos son burgueses, son los chicos ricos que juegan a la revolución. Ellos están
representados por los medios de comunicación, Hollywood, las grandes
corporaciones, revistas, ellos jamás serán perseguidos ni ejecutados por sus
ideas políticas. Irónicamente y bajo la premisa de Knudsen ¡Ellos representan a
la derecha!
Solo
hay dos bandos, una derecha y una izquierda, hace años fue entre el Fascismo
contra el liberalismo, ha ido mutando, cambiando. La guerra ideológica que
comenzó con la Segunda Guerra Mundial y ha continuado hasta entonces toma una
nueva forma en el siglo XXI, las viejas nociones de derecha e izquierda son
desechadas, la izquierda como la conocemos ha evolucionado a un liberalismo
cultural, globalizador, incongruente y grotesco.
La
lucha cultural es entre la globalización y el nacionalismo, un liberalismo
cultural intolerante, cada vez más violento contra quienes se oponen e
hipócrita frente a los movimientos nacionalistas.
El
combate sigue y esta izquierda histérica por fin se ha quitado la máscara para
revelar lo que siempre fue, un monstruo al servicio de la banca mundial y la
globalización.
Febrero
2017
Publicado por primera vez en https://imaginacionalpoder77.blogspot.com/2017/02/la-izquierda-histerica-y-la-izquierda.html
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