Por
Fernando Trujillo
A menudo cuando hablamos del marxismo cultural lo
vemos asociado intrínsecamente al marxismo político, como una variante o
producto de este. Un craso error el asociarlos en el que sin embargo muchos hemos
caído.
Tanto el marxismo político como el marxismo cultural
son dos conceptos opuestos que lo único que los une es el nombre. Ambas ideas
no son producto la una de la otra, es decir el marxismo político no engendro
esta variante mal llamada marxismo cultural ni viceversa sino que ambas son dos
conceptos diferentes.
Podríamos empezar por decir que mientras el marxismo
político tuvo su poderío en la Europa oriental, el así llamado marxismo
cultural nació en la comodidad de las aulas de la Europa occidental. El primero
llego al poder de las manos de la milicia obrera, mientras que el segundo ha
llegado al poder de la mano de intelectuales burgueses.
Ambos sin embargo se confunden, se mezclan y se
distorsionan llegando a mezclar a personajes como el Che Guevara, Stalin y Mao
con ideas como la defensa del matrimonio homosexual y el animalismo.
Esto es una gran ironía y refleja la ignorancia de
los “marxistas” occidentales, pues estas tres figuras no solo fueron
autoritarias sino que rechazaban la homosexualidad y los enviaban a una
ejecución o a un gulag.
El marxismo cultural toma muchos conceptos de la
ideología marxista tales como las ideas de la lucha de clases, la
reivindicación del proletariado, la revolución permanente, pero aplicado con un
relativismo moral propio de intelectuales burgueses.
Lo que es el marxismo cultural a pesar de tomar sus
pilares se aleja bastante del marxismo político, se podría decir que el
marxismo cultural es una idealización del marxismo pero se distancia de su
doctrina política y económica.
Pongamos las cosas como son, el marxismo cultural
como tal no existe, es una falacia, una visión patológicamente idealizada de lo
que es el verdadero marxismo.
Este producto de la modernidad que es el marxismo
cultural es en realidad un liberalismo cultural ya que lo que defiende
(homosexualismo, feminismo, ambientalismo, etc.) son todos productos del
liberalismo, irónicamente el marxismo cultural nace en la Europa occidental y
posteriormente se traslada a los Estados Unidos de la mente de intelectuales
marxistas exiliados, poetas e intelectuales que disfrutaban los beneficios de
la sociedad capitalista.
El marxismo cultural odia la civilización occidental
pero se nutre de sus vicios tales como la drogadicción y la promiscuidad
sexual, habla de libertad sexual y cultural, de pacifismo, de anti-militarismo.
Esta visión idealizada/distorsionada viene de los
intelectuales occidentales, tales como los representantes de la Escuela de
Frankfurt, el poeta beatnik Allen Ginsberg, los cineastas franceses de la
“Nueva ola”, Gramsci y Herbert Marcuse.
Pero el marxismo cultural no es el marxismo político
y eso sus seguidores lo desconocen, los seguidores de esta corriente son
hipsters, niños burgueses que jamás en su vida han conocido la vida del proletariado,
intelectuales snobs, todos parte de la burguesía que tienen una visión
demasiado idealizada del marxismo.
Ellos desconocen ese marxismo político que causo el
asesinato de los Romanov, el Holdomor, la hambruna, los gulags, que mato a millones
de rusos, que oprimió a los pueblos eslavos, que causo las violaciones masivas
de mujeres alemanas al final de la Segunda Guerra. Ese marxismo lo ignoran y si
lo llegan a conocer alegan que “no es el verdadero”.
El marxismo político es completamente opuesto al
marxismo cultural nacido en la cultura capitalista, este último toma sus
conceptos y una idealización extrema pero toda relación termina ahí.
El verdadero marxismo es militarista, autoritario, considera
la homosexualidad, el feminismo y el consumo de drogas como vicios de la
sociedad burguesa a los cuales criminaliza. Enaltece los valores patrióticos,
familiares, el trabajo duro y la defensa de la patria.
Mientras que el marxista cultural (el burgués, el
hipster, el universitario progre) odia el nacionalismo, el marxista soviético,
el marxista cubano es un patriota—en la Unión Soviética nació el término “Madre
Rusia”—tiene una bandera, un himno nacional y un jefe de estado al que se le
rinde un culto a la personalidad.
Castro llamaba a su revolución como una revolución
nacionalista contra la dictadura de Batista, mientras que la propaganda de
Stalin invocaba a un nacionalismo ruso para pelar contra los alemanes.
El Che Guevara murió combatiendo contrario a todos
los adolescentes y activistas sociales que usan una playera con su cara.
En un régimen comunista alguien como John Lennon y
su ideología pacifista hubiera sido enviado a un gulag donde le cortarían el
pelo y lo pondrían a realizar trabajos forzados.
El sentimiento nacionalista es explotado para mantener
unido al pueblo bajo una ideología y su jefe de estado.
Dentro de los regímenes comunistas no existe una
libertad sexual o cultural ni una identidad propia, todo está controlado por el
estado, cualquier rastro de disidencia es borrado, es eliminado, es mandado a
los gulags.
Antes de la revolución bolchevique los movimientos
socialistas estaban compuestos por proletariados, por miembros de la clase
obrera en su mayoría que formaban sus comunas pero que aún conservaban un
sentimiento patriótico y racial.
Este movimiento proletariado, este patriotismo, esta
revuelta contra el mundo burgués fueron elementos que construyeron los orígenes
de los movimientos fascistas a principios del siglo XX.
Mussolini que fue parte del movimiento obrero
construyo un nuevo movimiento superando el socialismo decimonico y gestando una
nueva revolución contra el mundo burgués, el mundo de la comodidad y el dinero.
Hitler un hijo de la clase obrera purgo el socialismo de sus elementos
marxistas y lo nutrió de un orgullo racial y patriótico dando como resultado el
nacional socialismo.
El fascismo nació de la izquierda, de la clase
obrera, elimino los elementos marxistas para volverse algo nuevo, una revuelta
contra el mundo moderno.
Actualmente los marxistas occidentales están
conformados por activistas feministas, gays, hipsters, intelectuales snobs que
nunca en su vida han trabajado. Ellos jamás estarán contra el mundo burgués
porque son parte de él.
Estos chicos burgueses jamás han experimentado la
hambruna que experimentaron los ucranianos, jamás han vivido en el campo de
batalla como si lo hicieron los soldados soviéticos, jamás han estado en un
gulag o han sufrido censura por sus opiniones.
No obstante la práctica de intolerancia y
persecución de los disidentes es parte de los miembros de esta corriente, los
marxistas culturales tienen un odio a aquellos que disientan de su torcida
visión del mundo.
Mientras ellos hablan de Marx e imaginan una utopía
socialista, los países dominados por la bota del comunismo saben lo que es su
verdadero rostro.
Ellos jamás han vivido en la dictadura de Castro, no
conocen la miseria en la que se encuentra el pueblo cubano, así como nunca
conocieron los genocidios perpetrados por el comunismo ruso y la miseria del
pueblo de Corea del Norte.
Lo que los marxistas culturales desconocen—sobre
todo los que usan la etiqueta “anti-yanki”—es que el único que sistema que ha
tolerado masivamente el feminismo, el homosexualismo y la drogadicción ha sido
el sistema capitalista de Europa y América, tanto los regímenes comunistas como
fascistas han combatido estos vicios.
Si existe un marxismo cultural este sería el cine
soviético, las adaptaciones de cuentos de hadas que se hizo en la Unión Soviética
durante los años sesenta, el arte de propaganda de la China de Mao. A menudo se
cataloga el trabajo de Pollock y el expresionismo abstracto como marxismo
cultural pero era todo lo contrario, el arte soviético era rígido, estricto y
exaltaba el patriotismo de estos países mientras que el arte de los americanos
Pollock y Warhol fue financiado por la CIA para crear un “arte” americano
opuesto a la cultura soviética. Estas expresiones artísticas de los países
comunistas seria el verdadero marxismo cultural y no la podredumbre que tendría
que ser rebautizada como liberalismo cultural.
Entonces podemos concluir en que el marxismo
cultural es solo el producto de la sociedad burguesa aburrida, un liberalismo
cultural que no tiene nada en común en esencia con el verdadero marxismo.
A los países occidentales no les toco conocer un
régimen comunista, no les toco padecer la brutalidad y represión, de haber
tenido un gobierno del tipo soviético en este momento no habría chavistas,
Podemos, indigenistas, defensores de la guerrilla y demás fauna nacida del
liberalismo cultural.
Marzo 2016
Publicado por primera vez en http://imaginacionalpoder77.blogspot.com/2017/02/la-izquierda-histerica-y-la-izquierda.html
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