Por
Fernando Trujillo
Bret Easton Ellis es sin duda uno de los mejores
escritores de nuestro tiempo, nacido en 1964 en la ciudad de Los Ángeles ha
sido un fiel retratista de la decadencia del imperio americano. Ha sido llamado
por la crítica como el sucesor de Hemingway mientras que otros lo han
despedazado al acusarlo de ser repetitivo, misógino y mediocre. Lo cierto es
que su obra literaria no deja indiferente a nadie. Personalmente como escritor tengo una gran
deuda con Ellis y sus libros han sido una gran influencia sobre mi propia obra
literaria pero no voy a hablar de mi admiración personal si no del trasfondo
del trabajo de Ellis.
Para entender su trabajo primero tenemos que entender
el entorno en el que nos movemos, en los años ochenta y noventa en los Estados
Unidos se vivió en una era de prosperidad y confort, actualmente los rezagos de
esa época de prosperidad económico-cultural de Estados Unidos siguen vigentes,
siendo vendidos como paquetes nostálgicos.
En la actualidad admiramos a las personalidades del
espectáculo y estamos al pendiente de sus vidas a través de revistas, del
internet y la televisión. Estamos en la época del lujo, del consumismo, donde
buscamos tener lo mejor para ser “felices”. Estamos en una búsqueda de todo lo
que es caro, bonito y de moda para así llenar nuestro vacio.
El así llamado American
Way Life se ha convertido en un modelo a seguir en el resto del mundo.
Tener una carrera, trabajar toda tu vida para otros, tener un gran televisor,
casarte y formar una familia. Tener hijos malcriados a los cuales educar en base
al Internet. Tu única lectura, bueno una ya no lee, solo mira reels en
Instagram para invormarse. Esto es lo que se llama una “buena vida”.
A pesar de que los ochenta y noventa pasaron hace
mucho, todavía sigue esa nostalgia, ese anhelo y ese American Way Life muy presentes. La moda de la “familia tradicional”
y la tradwife que la gente de la derecha alternativa tanto promueve, tiene ecos
de esas viejas glorias del Estados Unidos del pasado y es un modelo que quieren
repetir en países de Latinoamérica.
La época de los ochenta y noventa, el esplendor
americano, el American Way Life, el
culto a las celebridades.
En sus novelas Easton Ellis pone el dedo en la yaga y
nos da una respuesta que podría considerarse un golpe contra la falsedad en la
que vivimos. Con sus libros Ellis profetiza la caída del imperio americano.
La primera novela de Easton Ellis en aparecer fue la
aclamada Menos que Cero una crónica
desalentadora sobre un grupo de jóvenes ricos de Los Ángeles.
La historia es narrada con un estilo glacial, alienado
en donde se esconde una gran angustia, Clay el personaje principal narra cada
acontecimiento del libro sin alegría, indiferente a lo que pasa. Así va
describiendo la vida de sus amigos un grupillo de chicos ricos sin motivación
que pasan sus días teniendo sexo o esnifando cocaína.
Podría describir el libro como la historia oculta de
los años ochenta, mayormente vemos la década de los ochenta como una década
alegre, con grandes logros en el campo del cine o de la música, como una época
de cambio y de apertura en el terreno de lo sexual.
Menos
que cero nos dice lo contrario a la creencia popular, hubo una
gran prosperidad material, pero en lo emocional solo un gran vacío que se hizo
más grande. Los protagonistas de la novela tratan de llenar ese vacío por medio
de las drogas, la promiscuidad e incluso llegando a limites mas turbios, viendo
películas snuff.
En una parte de la novela uno de los personajes dice
que se tiene que hacer cualquier cosa para conseguir lo que quieres, una línea
que resume la ideología del americanismo.
Dos años después llego su novela Las leyes de la atracción novela narrada por diferentes personajes
con ese mismo estilo cínico, amargado y glacial. Los personajes son jóvenes
universitarios que pasan sus días fumando marihuana y entregándose los unos a
los otros en relaciones sin futuro.
Todos se desean entre todos, todos se entregan sin
sentir algo por esa persona, juegan con los sentimientos de los demás solo para
sentir el calor de un cuerpo.
Los personajes vuelven a ser un grupo de chicos ricos
sin motivaciones, vacios por dentro, indiferentes a los sentimientos ajenos y
autodestructivos. Una crónica de la juventud ochentera, sin tapujos, sin los
estereotipos rosas del cine de Hollywood.
La violencia física característica del autor es
ausente pero por otro lado la violencia psicológica y la indiferencia se
encuentran presentes. Los engaños, las traiciones y la desolación son parte de
la prosa de esta novela.
Una particularidad en los personajes de Ellis es que
nadie conoce a nadie, todo mundo confunde a unos con otros, creen haber visto a
alguien quien no es, todos creen haber conocido a otro pero nada es así. No
recuerdan nombres de amigos e incluso familiares, aquí podemos ver que la gente
no se conoce verdaderamente, solo se conocen las apariencias pero después de
eso nada. Todos nos parecen conocidos o iguales pero en verdad no sabemos de
nadie.
Unos años después Ellis escribió la que sería su
novela más conocida y polémica American
Psycho la historia gira en torno a Patrick Bateman un yuppie que narra día
a día de su vida entre reuniones con sus amigos, su trabajo en Wall street y su
rutina de ejercicios. La primera mitad del libro es la narración de esta rutina
pero a medida que avanza vemos su vida como un despiadado asesino en serie.
Bateman va narrando con lujo de detalles cada uno de
sus homicidios entre los que se encuentran un asesinato de un vagabundo, las
torturas que realiza a unas prostitutas, como partica el canibalismo y la
necrofilia con sus víctimas e incluso el asesinato de un niño.
En un capitulo narra cómo vejo y asesino a una mujer
para el siguiente capítulo narrar la trayectoria de su banda favorita, con ese
mismo tono de indiferencia ante la vida.
Mientras la cordura de Patrick Bateman se va
deteriorando, los capítulos de la novela se vuelven más absurdos, como los
episodios del talk show ficticio de Patty Winters, critica a la televisión basura
de la cual Bateman es consumidor.
La novela es
una crítica feroz al americanismo, al consumismo desbordado y a la misma época
de los ochenta. El mensaje es claro, tenemos prosperidad, tenemos una mansión,
tenemos lo mejor pero no hemos pasado de ser unos seres salvajes, sanguinarios
homicidas y mezquinos. Vestimos bien, olemos bien, pero en el fondo somos
criaturas despreciables.
American
Psycho podría definirse como un abrupto cierre de la época
de los ochenta, en eso termina todo, toda la prosperidad económica y éxito material
que esconde un monstruo.
Patrick Bateman es el símbolo de ese Estados Unidos
exitoso, económicamente poderoso y atractivo, ese hombre con apariencia de
actor de Hollywood y millonario, pero que detrás de ese éxito está un asesino
despiadado y esquizofrénico.
Patrick Bateman mata a prostitutas y vagabundos,
reafirmando su superioridad por vestir Armani, mientras Estados Unidos
bombardea países del tercer mundo, financia golpes de estado, organizaciones
terroristas, invade militarmente países en medio oriente para quitarles el petróleo
y destruir sus gobiernos, mientras al mismo tiempo suena la música de Madonna
cantando sobre empoderamiento femenino, suena Michael Jackson y suena Freddy
Mercury cantando sobre ser libre.
Los dorados ochenta, innovación musical y el glamur de
Hollywood mientras invadimos y saqueamos otros países.
A diferencia de los monstruos de la cultura popular
Patrick no es un ser deforme, no es una criatura sobrenatural. Es el hombre
exitoso que es ejemplo en la sociedad moderna, es el ejemplo a seguir para
triunfar en la vida, es la representación de la ideología yanqui.
En 1998 apareció la novela Glamorama una sátira que combina la crítica a la sociedad del
espectáculo con una rocambolesca trama de espionaje.
En ella el protagonista Víctor Ward—personaje
secundario en Las leyes de la atracción—se presenta como un exitoso modelo con
una novia a la que engaña con otra modelo, viviendo en un mundo superficial en
donde la apariencia es lo más importante.
Llega un punto en el que Víctor se ve involucrado en
el mundo del espionaje donde aparece un grupo de modelos terroristas y
psicópatas que ponen bombas en sitios públicos y en donde el autor nos narra
con lujo de detalles los cuerpos destrozados de hombres, niños, secuestros de
personajes de importancia internacional los cuales son torturados de maneras
escalofriantes.
A mitad de la novela Víctor ya no sabe si esta todo
pasando en realidad o se trata de una película de espías, en este momento narra
la acción como si de una película se tratara, habla de cámaras, libretos y
actores haciendo ver que tanto él como nosotros los lectores estamos perdiendo
noción de la realidad.
Los libros de Ellis son una profecía de la caída de
una sociedad alienada, sin destino y cuyo único propósito es combatir el
aburrimiento. Una sociedad aficionada a los deportes, a las luchas y a la vida
de las celebridades.
Se podía ver a Easton Ellis como un profeta de la
decadencia, estamos en un camino acelerado hacia el final de todo y aun así
continuamos disfrutando de nuestra opulencia fingiendo que todo va bien. Ese es
el mensaje de su obra.
En una parte de American
psycho Patrick define su persona pública como una “mascara de cordura”
atreves de la cual oculta su maldad.
Esta “mascara de cordura” es ideología yanqui, la
superficialidad y la hipocresía de la que hace gala en los medios. Esta cordura
es una ilusión para ocultar el caos en el que vivimos y del cual nos negamos a
ver qué sucede.
Mientras vivimos en el consumismo el mundo se hace
pedazos, el siglo pasado fue uno de los más sangrientos y este promete ser el
doble. Crisis económicas, guerras sin sentido, banqueros arrojándose de los
rascacielos, adolescentes suicidándose y un vacio emocional que va creciendo.
¿Esto es felicidad? No somos felices, creemos serlo pero es una máscara que
usamos.
La literatura de Ellis nos muestra a esa América sin
mascara, con toda su degradación y hundida en un pantano de miseria moral.
Ellis nos muestra a los supuestos “winners” del sueño
americano, a los guapos y exitosos sin su máscara para exponerlos como son. Con
miedos, con complejos, atormentados, narcisistas y desalmados.
Toda esta bibliografía nos muestra el futuro colapso
del imperio americano, toda esa decadencia que está matando a una nación.
Leer a este autor es una experiencia perturbadora,
desoladora, porque al leerlo estamos leyendo sobre nuestro propio vacio. El
hueco en el alma de sus personajes es el nuestro.
Los personajes de Easton Ellis no tienen un futuro, no
van a ningún lado, solo quieren pasar el rato, es ahí donde va dirigido el
futuro de la sociedad moderna hacia ningún lugar y hacia ningún futuro.
Como le diría Blair a Clay al principio de “Menos que
cero” A la gente le da miedo mezclarse nos da miedo involucrarnos,
mostrarnos sin mascara, ver que nuestra sociedad se va hasta el abismo y no hay
manera de detenerlo.
Solo disfrutar
el colapso mientras suena Huey Lewis and the News
Abril 2011
Reescrito en
marzo de 2025
Publicado originalmente en
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