Por
Fernando Trujillo
La montaña tiene un gran simbolismo en el mundo de la
Tradición, autores como Julius Evola han hablado largo y tendido del tema, por
lo que no me voy a extender en el mismo.
Una de nuestras actividades como tribu ha sido la de
escalar la montaña, nos reunimos un fin de semana alrededor de las ocho y media
en una estación del metro, de ahí partimos hacia la montaña, ahora que lo
escribo esto tiene una dimensión iniciática, viene a mi mente la travesía de
los hobbits saliendo del hogar hacia la aventura en el primer libro de El Señor
de los Anillos.
Escalar una montaña puede sonar sencillo pero no lo
es, ir a un bar, a un antro, a ver el futbol, irte de fin de semana a la playa
es verdaderamente fácil, cualquier grupo de amigos lo hace pero no escalar una
montaña.
Para ir a la montaña se necesita una disciplina
interior, deseos de superarte, de probar tu fuerza, de ser mejor como hombre,
tener ese espíritu de aventura.
Pasamos por vecindarios, subiendo los cerros hasta
llegar a una entrada y de ahí abandonar la ciudad para adentrarse al terreno de
la montaña.
Caminando por aquellos terrenos me vino a la mente los
textos del antes mencionado Evola sobre la sacralidad de la montaña, el sonido
de las aves y el silencio fueron interrumpidos por el ruido del tren y los
autos que llegaban desde la ciudad. Uno no puede escapar completamente de la
modernidad.
Iniciamos el ascenso, evitando las rocas que
estuvieran demasiado sueltas de la tierra, escalando las rocas más duras,
apartando la hierba, ayudándonos los unos a los otros en las partes más
difíciles.
Mientras más íbamos ascendiendo, la ciudad nos parecía
pequeña, aun podíamos escuchar el sonido del tren pero cada vez era menor.
Estábamos en el reino de la naturaleza, contemplamos
la vista y en la medida disfrutábamos del silencio que la montaña nos
proporcionaba.
Entendí que es fácil colocar citas de autores como el
antes mencionado Evola en una página de Facebook, es fácil hablar de revuelta
contra el mundo moderno desde la comodidad de tu hogar, escalar una montaña es
un verdadero acto de revuelta, porque te estas probando a ti mismo, estas
desafiando las normas de vida cómoda que el mundo moderno te otorga.
Escalar una montaña es el camino de la acción, nuestro
ascenso continuo, cada vez más alto, compartimos el agua que trajimos con
nosotros, platicamos de diferentes temas, cada vez mas alto.
Escalar la montaña con tu tribu forja lazos de
hermandad, te desafía a ti mismo para que superes tus fuerzas, te superes a ti
mismo.
En el mundo moderno saturado de actividades no es
sencillo organizar una reunión para escalar una montaña, tienes el trabajo, los
estudios, tener un fin de semana significa levantarte temprano, prepararte,
saber que vas a sudar, que posiblemente te puedas lastimar, que vas a mover tus
músculos, que vas a salir de tu zona de confort. No cualquiera puede hacerlo.
Organizar una subida a la montaña una vez al mes forja
estos lazos de hermandad entre tu tribu y tú, forja tu carácter como hombre, es
una experiencia que sana tu espíritu. Porque escalar una montaña no solo es una
actividad física, sino metafísica.
Conquistar la montaña es conquistarte a ti mismo, es
conocer el tipo de hombre que eres, subir a la cima y ondear la bandera de tu
tribu es un triunfo del hombre libre sobre el mundo civilizado.
Escala una montaña, ve con tu tribu, sean aventureros,
sean hombres libres.
Publicado originalmente en https://ravenkult.home.blog/2019/07/29/conquistando-la-montana/
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