Por Fernando Trujillo
Estas semanas el
hastag #FreeBritney han saturado las redes sociales, el punto alrededor del
tema de Britney Spears es su liberación del control de su padre James Parnell
Spears.
No es nada nuevo,
desde hace tiempo Britney está en una batalla legal por liberarse de esta (por demás
abusiva) tutela y volver a ver a sus hijos, pero más que nada ser una persona
independiente y tener control sobre su dinero y su vida.
Después de su crisis
nerviosa del año dos mil ocho que en su momento fue una noticia viral en redes
sociales, el estado otorgo la custodia legal a James Spears y sus managers
quienes han controlado la vida de la cantando y explotado hasta el último
centavo.
Obligada a grabar
videos donde afirma que está feliz y se encuentra bien, subir cada foto posando
a su personal Instagram donde se ve una forzada sonrisa para aparentar que se
encuentra con bien. Todo este asunto es solo la punta del iceberg de este
torcido cuento de hadas llamado Hollywood.
La niña rubia
inocente de un pueblito, que viaja a Hollywood en busca de su sueño de
convertirse en una superestrella, triunfa en el cine, la música y la televisión.
Hemos visto, esa historia en películas, series, etc. Es tan cliché, pero esto
no es un sueño, sino una pesadilla.
Britney siguió ese
camino, desde pequeña siendo parte del programa infantil The Mickey Mouse Club donde también participaron quien fuera su
novio en la adolescencia Justin Timberlake, Christina Aguilera y Ryan Gosling.
En sus años de
adolescencia Britney triunfo en la música pop a principios de los dos mil con su
álbum debut Baby One More Time,
pasaban sus canciones en la radio y sus videos se encontraban en la cima de los
tops de Mtv y Telehit.
Su éxito proyectando
una imagen inocente y dulce le dieron el título de La Princesa del Pop, el
sueño de la joven rubia de un pueblito se hizo realidad, triunfo en la
industria del entretenimiento yanqui, es una estrella de la música famosa a
nivel internacional.
Pero la imagen de
niña inocente no dura mucho (no se puede perpetuar la adolescencia para
siempre) ¿Entonces qué sucede? Tus managers, tu propio padre, los ejecutivos de
Hollywood, te sexualizan, hacen que te beses con Madonna en una entrega de
premios de Mtv, te van despojando de tu personalidad, para convertirte en un
objeto sexual entre los adolescentes.
Te han robado tu
inocencia, te han convertido en un objeto de consumo, a partir de este momento
tu vida privada ya no existe, se convierte en un desagradable espectáculo mediático,
tu sufrimiento, tu llanto, tus crisis nerviosas se vuelven algo viral con notas
llenas de burla, crueldad, tú ya no eres un ser humano, eres un objeto.
Eres mercancía, parte
de una industria que te utiliza, te abusa, te explota, destruye tu mente y tu espíritu
para después desecharte.
La historia de
Britney es también la historia de Amanda Bynes, Jennette Mccurdy, Miley Cyrus,
Lindsay Lohan y muchos otros nombres más de niñas que fueron a buscar el sueño
de Hollywood encontrando con una pesadilla que incluye abusos sexuales, explotación
y la metamorfosis de humano a objeto de consumo.
El sufrimiento del
que fuimos testigos de Britney Spears (y del cual todos nos reímos, hicimos
memes y juzgamos), fue y es un grito de ayuda dentro de ese gran mercado
llamado civilización americana.
La película Neon Demon de Nicolas Winding Refn,
narra la historia de una joven rubia de una ciudad pequeña, llegando a
Hollywood, la ingenuidad y dulzura de la joven se van evaporando para volverse
una persona narcisista y frívola, conforme se va a adentrando al mundo de la
moda.
La protagonista
interpretada por Ellen Faning va transformándose de una joven humilde, en una
escena en la que modela en una pasarela y vemos una escena de luces neón con
formas de pirámides (como si la protagonista estuviera dentro de un ritual), se
transforma en el estereotipo de la rubia superficial, perdiendo su
personalidad, su ser autentico y siendo parte de esas modelos rubias y sin
identidad de la industria de la moda.
El personaje de Neon Demon se mueve en una industria que
te despersonaliza, se convierte en un objeto y al final te devora,
literalmente.
La historia de la película,
es también la historia de Britney Spears y de todas esas niñas que debutan en
sitcoms de Disney, Nickelodeon o alguna otra compañía de California para ser
convertidas en objetos sexuales y de consumo.
En una industria
donde se han expuesto los casos de pederastas y abusadores como Harvey
Weinstein, Dan Schneider y Jeffrey Epstein, te hacen pensar en todos los abusos
a los que estos niños celebridades han sido sometidos y entiendes lo que hay detrás
de las notas amarillistas de los medios.
La crisis nerviosa y
posterior perdida de su tutela de Britney Spears, la crisis emocional y
demencia de Amanda Bynes, el excesivo consumo de drogas y alcohol por parte de
Lindsay Lohan y Miley Cyrus, la caída en desgracia de la fama y posterior
suicidio de Dana Plato. La historia de Neon
Demon se repite en California.
Todas las historias
de anillos de pedofilia, cultos oscuros, abuso sexual de menores que son
tomadas como “teorías de conspiración”, son una realidad oculta y tiene en sus
victimas a Britney Spears.
Un capítulo de South Park abordaba el tema de Britney
Spears, el programa hacia sátira del acoso al que era sometida por la prensa y
como todo formaba parte de un culto ritual, la princesa del pop seria
sacrificada por una civilización obsesionada con el espectáculo.
Aquella sátira hoy
adquiere tintes reales y grotescos, Britney Spears es solo un sacrificio
ritual, lo mismo que todas esas princesas del pop, esas actrices del momento,
esos niños actores que salen sonriendo en las alfombras rojas.
El movimiento de Free
Britney sigue buscando que su voz sea escuchada, que Britney sea libre como
todo individuo pero por el momento la polémica continua, los hastag continúan saturando
la red y una realidad oscura va saliendo a la luz.
¿Qué tendrá que decir
Britney si consigue su libertad? ¿Cuánto de la podredumbre expondrá a la luz? Está
claro que existen intereses para mantenerla cautiva y son intereses muy oscuros,
gente que no solo quiere lucrar con ella, sino mantener sus secretos guardados.
Britney hoy
representa a todas esas víctimas de Hollywood, a todas aquellas niñas que han
sido usadas y desechadas por la industria del entretenimiento yanqui. Britney es
la representación de una juventud cautiva por la civilización yanqui.
Aun puede ser libre,
esto no acabaría con las elites de California, sino un reacomodo y buscarían a
las princesas y niños a los cuales tomar y devorar para mantener su poder.
Britney Spears, la
protagonista rubia de Neon Demon y
las que vendrán, todas han sido entregadas y ofrecidas en sacrificio al Moloch
Cultural.
Julio 2021
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